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El consejero bíblico


¿Exaltar el dolor? ¿Ignorarlo? parte 1

¿Qué hacemos con el sufrimiento?
Primera Parte
por el Dr. Edward T. Welch

«La iglesia consta de personas que están sentadas en un charco de lágrimas propias.» Eso es lo que cree una creciente cantidad de personas. No hay encuestas formales ni estadísticas exactas que lo demuestren, pero muchos cristianos coincidirían. Más importante aún, la Palabra de Dios coincide y va un paso más allá declarando que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto (Ro. 8:22). La vida conlleva miseria y aflicciones. Relaciones que se rompen, dolorosas enfermedades, la posibilidad de la propia muerte, depresión, injusticia y atrocidades, un temor callado pero paralizante, recuerdos de violencia sexual, la muerte de un niño, y muchos otros angustiosos problemas que no dejan a nadie indemne. Sería imposible minimizar el sufrimiento, tanto en la iglesia como en el mundo.
Pero esta proposición se halla en una intersección donde los cristianos van en direcciones contrarias. Algunos exaltan el dolor, otros lo niegan. Algunos son «consejeros para el dolor», otros son «consejeros para el pecado». Los consejeros para el dolor son expertos en hacer que la gente se sienta entendida; los consejeros para el pecado son expertos en entender el llamado a la obediencia aun cuando hay dolor. Los consejeros para el dolor corren el riesgo de enfatizar demasiado el dolor hasta el punto en que el alivio del dolor se convierte en prioridad uno. Los consejeros para el pecado corren el riesgo de presentar el dolor de una persona como algo con poco o nada de importancia. Los consejeros para el dolor pueden demorar en hacer que quienes sufren respondan al evangelio de Cristo con fe y obediencia. Los consejeros para el pecado pueden correr peligro de engendrar estoicos cuya respuesta obediente no es consciente de la gran compasión de Dios. Los consejeros para el dolor podrían proveer un contexto que intensifique las culpas y el sentimiento del aconsejado de ser víctima inocente. Los consejeros para el pecado pueden preocuparse tanto por no echar culpas que tienen una teología del dolor muy poco desarrollada. Hay peligros latentes en ambos.

EXALTANDO EL DOLOR
Quienes prefieren la exaltación del dolor han dicho (u oído) lo siguiente: «La Biblia no habla significativamente a mi sufrimiento». La teología bíblica del sufrimiento parece no funcionar. Ellos han probado la Biblia, pero ésta no les ofreció respuestas profundas. Ellos han oído que pastores y amigos ...

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