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El consejero bíblico


¿Exaltar el dolor? ¿Ignorarlo? parte 3

¿Qué hacemos con el sufrimiento?

Tercera Parte

por el Dr. Edward T. Welch

¿Cómo ayudo a los que sufren?
La estrategia bíblica para ayudar a los que están en dolor es eclipsar el dolor. La vida parecería reducirse a sufrimiento. Es como si los que sufren no pudieran ver nada que no sea su propio dolor. Gradualmente, al tiempo que se acostumbran a fijar sus ojos en Jesús, dichas personas descubren pesos de gloria mucho más relevantes que el peso de su dolor. Estos pesos de gloria incluyen los sufrimientos de Cristo, el gozo del perdón de pecados, la satisfacción de obedecer a Cristo de pequeñas maneras en medio de grandes penurias, la presencia de Dios en nuestra vida, y la esperanza de eternidad. Para esto, aquellos que sufren deben ser sorprendidos tanto por el entrañable amor de Dios como por su gloria que todo lo trasciende; y los tales deben ser guiados a conocer a Dios de manera que no puedan sino obedecer a Dios, confiar en Él y adorarlo.
La estrategia de aconsejamiento que aquí se presenta consta de cinco declaraciones que pueden ser de ayuda al lector en su apoyo y consejo a los que sufren. Cada declaración comienza con ?Dios dice? como un modo de enfatizar que en su Palabra Dios habla claramente a los que sufren. Cada declaración es otro peso de gloria que compensa el dolor individual.

1. Dios dice: ?Expresa tu sufrimiento con palabras?.
Muchos inicialmente se sorprenden de que Dios en realidad anime a los que sufren a hablarle con toda sinceridad. Los que sufren suelen sentirse solos y aislados. A menudo creen que Dios está muy lejos de ellos. Pero Dios penetra ese aislamiento y nos insta a expresar verbalmente nuestras experiencias de dolor. No se refiere a expresarlo de cualquier manera. No se refiere a palabras amargas y sin fe. Tampoco a lamentos paganos en un mundo sin sentido. Dios nos anima a dirigirle a Él nuestras palabras.
Ése es el ejemplo entrelazado en la Escritura en libros como Salmos, Job y Lamentaciones. Dios nos anima a expresar con palabras los lamentos de nuestro corazón y a dirigirle todo a Él. Aunque resulta difícil de entender, Dios desea oír lo que hay en las profundidades de nuestro corazón. Y cuando no podemos expresarnos ante Dios, Él nos da palabras para expresar esos silencios. Los gemidos mudos se convierten en palabras.
¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo tendré conflictos en mi alma, con ...

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