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El consejero bíblico


?Mientras Callé??


(el poder restaurador de la confesión)
por Daniel Zuccherino


La Palabra de Dios nos señala que David fue un hombre conforme al corazón de Dios (1 Samuel 13:14).
Un hombre que de acuerdo a lo que el Señor mismo dice: ?guardó mis mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo recto delante de mis ojos?. (1ra Reyes 14:8).

Sin embargo este mismo hombre se aprovechó de la mujer de uno de sus mejores súbditos, mintió, engañó y finalmente planeó y llevó a cabo el asesinato de ese fiel servidor suyo llamado Urias Heteo.

La historia que la Biblia nos relata en 2da Samuel capítulo 11 pone en clara evidencia a que nivel de bajeza moral y espiritual puede llegar el ser humano cuando se suelta de la mano del Señor.

La historia es aún más aleccionadora y la advertencia espiritual que surge de ella es todavía más profunda porque todo esto le sucedió a David a quien la Biblia nos presenta ?según acabamos de leer- como a un gran hombre de Dios.

Conmueve pensar que fue durante un periodo de prosperidad en la política exterior del reino y de aparente fervor religioso en el cual David cometió un pecado estremecedor tanto por su atrocidad como por las consecuencias en toda la historia subsiguiente de Israel (1).

Notas de la caída.

Veamos algunas notas en la caída de David:

1. Ocio: David se había quedado en el palacio mientras el pueblo estaba librando batallas. Allí en un ambiente de comodidad y de ocio estuvo más expuesto a la tentación.
Los cristianos, los siervos de Dios entramos en un terreno de mayor peligro cuando dejamos de ocuparnos de aquellas tareas que Dios nos ha encomendado.

2. Sensualidad: La Palabra nos dice que David al caer la tarde se levantó de su cama y se puso a recorrer con su mirada desde la terraza, en una actitud ociosa y sin un propósito específico, el panorama que rodeaba el palacio real.
Unos ojos (o cualquiera de nuestros sentidos) sin control constituyen un gran peligro espiritual.

Si son nuestros sentidos los que nos gobiernan y no el Espíritu Santo la caída es inminente.
Cabe preguntarnos cómo siervos del Señor: ¿Qué estamos mirando?.
¿Estamos permitiendo que nuestros sentidos sean estimulados de maneras que no edifican nuestra vida espiritual?
Esta pregunta es especialmente adecuada en estos tiempos dónde ?por ejemplo- la pornografía y la violencia son algo corriente en Internet, ...

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