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El consejero bíblico


Lo que el ministerio juvenil eficaz no es


por Lucas Leys

Hay ocasiones en que es más fácil definir algo por lo que no es que por lo que es. Por eso es bueno re-pensar algunos conceptos populares que aunque contienen algo de verdad están equivocados respecto a lo que es un ministerio juvenil eficiente y fiel a todo su potencial. Hagamos las respectivas aclaraciones:

No es una reunión
Algunos creen que el ministerio juvenil se limita a la reunión del fin de semana. Los que piensan así utilizan todas sus energías en arreglar quién predica, quién dirige la alabanza y quién hace alguna que otra cosa diferente, pero no invierten su tiempo en relacionarse con cada uno de los jóvenes que asisten y menos piensan en todos esos adolescentes del barrio que no quieren por nada del mundo pisar el templo de una iglesia. La materia prima de un ministerio juvenil está compuesta por las personas que componen ese ministerio y las personas que se pretende alcanzar por medio de él. La programación de actividades es una excusa o el medio para acercarse a esas personas. Por eso, hacer una reunión a la semana no "es" el ministerio de nadie.

No es un convento
Según los objetivos eclesiales que nos dejó el mismo Señor Jesús, la iglesia está para ser agente de transformación en la comunidad. Después de amar a Dios, nuestra segunda consigna clara es amar al prójimo. La iglesia no está para alejar a los jóvenes del "cochino y asqueroso" mundo, sino para entrenarlos y entusiasmarlos con el amor de Cristo de tal manera que puedan contagiar a otros jóvenes con la ética y las verdades del Reino. Los ministerios juveniles estilo "convento" se la pasan hablando de lo malo que es el mundo sin dar ninguna alternativa, o peor, sin siquiera hacer contacto con nada de lo que los jóvenes viven en la vida diaria fuera de los templos. Estos ministerios suelen utilizar la Biblia como un texto del pasado sin hacer puentes con el presente. Crean una de dos situaciones: o jóvenes "extraterrestres" que no saben relacionarse con sus compañeros de escuela o barrio que necesitan a Jesucristo, o jóvenes hipócritas que viven una cosa en el templo pero fuera de él piensan y hacen otra.

No es un frigorífico
El propósito del ministerio juvenil no es mantener entretenidos a los jóvenes con actividades sanas mientras lleguen a la adultez. Las iglesias que piensan de esta manera suelen creer que los jóvenes y adolescentes no pueden servir al Señor durante esa edad y que la tarea con ellos consiste sólo ...

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