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El consejero bíblico


¿Qué espero yo, como pastor, de mis músicos?

por Jaime Mirón

El siguiente artículo es una compilación de respuestas de varios pastores a la pregunta: ¿qué espera usted de los músicos en su iglesia?


1. Que sean personas de la Palabra de Dios. El tiempo pasado en el fiel estudio la Escritura se hará evidente en la letra de las canciones que los músicos escriben y tocan. Todos los himnos, alabanzas, cánticos y números especiales en la iglesia deben estar basados en la Biblia y transmitir una teología bíblica. El mensaje que expresan las canciones debe ser sustancioso y comunicarse con claridad idiomática y fidelidad bíblica.
2. Que canten, dirijan y toquen bien. El Salmo 33, un salmo de victoria, es uno de los muchos lugares en el salterio donde se insta a los músicos a hacer bien su labor: «Entónenle un cántico nuevo de alabanza; toquen el arpa con destreza y canten con alegría» (v. 3 NTV). «Con destreza» tiene varias implicaciones para nuestras iglesias. En primer lugar, señala la importancia de que los músicos tengan el llamado de Dios a ese ministerio. En el continente, uno de los resultados impactantes del énfasis dado a la música en los últimos años, es la importancia otorgada a la adoración y a la alabanza, y a la vez a los músicos que la dirigen.
En segundo lugar, el músico debe contar con el talento que corresponde a una persona que dirige a la congregación en alabanzas a Dios. En tercer lugar, los músicos han de ensayar y llegar preparados tanto física como espiritualmente. Por último, implica que los directores de alabanza tienen que planear bien sus programas para no convertirse en lo que un pastor describía de esta manera: «El nuevo dictador en muchas iglesias es el director de alabanza. Hace y deshace el programa como le da la gana, generalmente con poca planificación y mucha inspiración. Usa el tiempo que desea, predica con frecuencia sus propios mensajes, alegando que el Espíritu es quien lo guía». Sin embargo, el director de alabanza debe ser lo suficientemente sensible a la voz de Dios como para darse cuenta del propósito que el Espíritu Santo tiene para cada día en particular y según las necesidades de los asistentes al culto.
(Nota: Que los músicos toquen bien los instrumentos no significa que con volumen excesivo ahoguen el mensaje de las palabras del cántico).
3. Que se sujeten a la autoridad de los líderes de la iglesia. «Obedezcan a sus líderes espirituales y hagan lo ...

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