Artículos

El consejero bíblico


Sobre todo? ¡persistencia!

por Patricia Palau

¿Cuánto tiempo está dispuesto a tolerar un dolor de cabeza? Tengo que admitir que para mí cinco minutos ya es demasiado.

Somos una generación impaciente. Queremos que las circunstancias cambien ahora. Queremos sentirnos realizados en cada área de la vida, y lo queremos ahora. No tenemos tiempo para esperar en oración. Queremos resultados, pero los queremos en forma instantánea.

En contraste, es extraño, pero el Nuevo Testamento no dice nada sobre los secretos de la felicidad y la espiritualidad instantánea. En su lugar, en la Biblia constantemente encontramos palabras como «perseverancia» y «paciencia».

Se nos anima a que nos despojemos «del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y [que] corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante» (He. 12:1).

La carrera no es corta y no ha de ser fácil, pero las recompensas por terminarla valen la pena.

Mis padres estuvieron casados varias décadas antes que el Señor se llevara al cielo a uno de ellos. Cuando celebraron su 50 aniversario de casados, pudieron mirar hacia atrás y señalar muchos momentos difíciles en su vida juntos. Pero como tenían la mirada retrospectiva de cincuenta años de matrimonio, también pudieron disfrutar de la satisfacción de haber perseverado durante todos esos años.

Sin embargo, cuando nuestra mirada es a corto plazo, se hace difícil perseverar. Si oramos por alguien durante años y no vemos resultados, queremos bajar los brazos. Pero debemos continuar con lo que Dios nos indica hacer hasta que Él nos diga que dejemos de hacerlo. Nunca será demasiado para Dios el tiempo que hemos orado por alguien. Él continuará obrando en nuestra vida. En lo que a nosotros respecta, Él sigue obrando eternamente porque un día, y ante todos los que están en el cielo, habrá de presentarnos en perfección. Eso es perseverancia.

Dios seguirá con nosotros pase lo que pasare, y no tiene intenciones de abandonarnos. Romanos 8:29 dice que la meta de Dios es conformarnos a la imagen de su Hijo. Las promesas más preciosas de la Biblia hablan de la absoluta certeza de que Dios hará lo que dijo que haría.

Sin embargo, no siempre resulta fácil ver los cambios que Dios promete realizar en nuestra vida. ¿Ha observado usted alguna vez cómo crece un niño? En el marco de una de las puertas de nuestra casa, teníamos marcas hechas con lápiz que medían el crecimiento de nuestros cuatro hijos. Pero ...

Continuar leyendo