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El consejero bíblico


Amando a los niños

por Nancy Wilson

Las ancianas asimismo... enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos... para que la palabra de Dios no sea blasfemada (Tit. 2:3-5)

Amar a los hijos es una tarea compleja. Aunque Dios ha dado a las madres amor natural por sus propios bebés, hoy esa inclinación innata está siendo reprimida por madres que abortan a sus bebes o entregan a sus hijos a una niñera o una guardería para que los críe una empleada.

Sin embargo, una mujer cristiana que ni aborta a su hijo ni abandona sus responsabilidades también tiene que aprender a amar a sus hijos de la manera que la Biblia indica. Los sentimientos naturales no son suficientes. Todas los sentimentalismos sobre la bendición de las madres se desvanecen cuando llega el momento de trabajar duro amando, enseñando, exigiendo disciplina, limpiando y cuidando de los enfermos como es debido. Si las mujeres cuentan solamente con su afecto maternal natural para servir y enseñar a sus niños diariamente, pronto estarán sin recursos y no sabrán por qué.
Cuando nuestros recursos se han agotado estamos más dispuestas a admitir que tenemos una necesidad. Dios usa esos momentos para encaminar a Sus hijos de vuelta a Sí mismo, ya que Él es la fuente de toda fuerza y amor. Si las madres lo buscan a Él para que les provea de amor para sus hijos, pronto verán que su amor es mucho mayor de lo que habían experimentado por sus propios medios.

Los niños pasan por etapas en las cuales son más fáciles de amar y otras en que son más ariscos. Cuando son amorosos y mimosos, no requiere gracia amarlos. ¡Todas las niñas de la iglesia quieren cuidarlos! Pero cuando tienen 9 ó 10 años, ¿quién se interesa por ellos? Algunos niños no son especialmente lindos, así que quizás nunca hubo demasiadas personas que los buscaban. Las madres necesitan gracia divina para amar a sus hijos a través de todas las etapas, desde que empieza a hacer sus primeros pinitos y aprende a caminar hasta la adolescencia. Esto requiere gracia, y si una mujer lo intenta sin la ayuda de Dios seguramente fracasará.

Son esenciales entonces la oración y la confesión de pecados. Pero es necesario no sentirse culpable por necesitar la gracia. Cuando una madre empieza a desarrollar un sentimiento negativo en cuanto a un niño, si empieza a ser fácilmente irritada por uno de sus hijos, debe confesar su falta de amor y cualquier otro pecado y pedirle a Dios que le dé fuerza para amar. Amar no es simplemente ...

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