Artículos

El consejero bíblico


Cómo Crecer SIN DINERO

por Samuel O. Libert

Una iglesia puede crecer aunque no tenga mucho dinero:
Los recursos de Dios son estupendos y sorprendentes

Cuando Jesús resucitó, los principales sacerdotes y los ancianos ?dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos y os pondremos a salvo. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido? (Mt. 28:12-15). Mientras tanto, el Señor reunió a sus discípulos y no les dio dinero, pero dijo: ?Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra? (v. 18), y ?recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra? (Hch. 1:8).
Y ningún discípulo preguntó: ? Señor, ¿cuánto dinero vas a darnos para que podamos hacer eso? No tenemos muchos bienes materiales y ¡los viajes cuestan, las reuniones cuestan, los gastos se multiplican!
He pensado muchas veces en el mucho dinero de los soldados, y el poco dinero de los apóstoles (Hch. 3:6). También he aprendido a reconocer los maravillosos recursos de Dios. Nada mejor que recordar cuatro experiencias reales, entre otras, ocurridas recientemente en el contexto latinoamericano, todas en una sola iglesia de Rosario, Argentina.

Un puñado de hombres audaces y mujeres fieles
La iglesia no tenía suficiente dinero pero un barrio de la ciudad necesitaba un lugar de testimonio. No había recursos para construir una capilla, ni para alquilar un salón, ¡ni aun para empezar a pagar un terreno! Dos laicos audaces, sin plata pero con fe, aceptaron el desafío. Uno tenía alrededor de 40 años y sufría una molesta dolencia. Su amigo había pasado los 60, y padecía algunos problemas cardíacos. Pero esas enfermedades no fueron excusa ni obstáculo. Ambos fueron a caminar por el barrio, y se detuvieron en un improvisado campo de fútbol, donde un grupo de jóvenes practicaba el deporte más popular de la Argentina. Los dos se quedaron a presenciar el juego, actitud que repitieron con frecuencia, hasta ganarse la simpatía de los muchachos. Poco tiempo después, principiaron estudios bíblicos en el mismo campo, rodeados por esos jóvenes que aún no conocían a Cristo. Con el correr del tiempo con todos sentados sobre la tierra, conversando bajo el cielo azul, guiaron a muchos de esos muchachos a los pies de Jesús. Desde ...

Continuar leyendo