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El consejero bíblico


Trabajando juntos

por Chua Wee Hian


«Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo por ti; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo» (Ex. 18: 21-22).

El liderazgo tiene que ver con personas. Dios ha dotado generosamente a su pueblo con talentos y capacidades para servirle en la iglesia y en el mundo. Los líderes deberían redescubrir y potenciar lo mejor de los miembros. Deberían facilitar el uso de los dones.

Este artículo explora la dinámica del liderazgo corporativo. ¿Cuáles son algunas de las directrices bíblicas para trabajar juntos? También adaptaremos algunas ideas útiles del mundo empresarial a nuestro proceso de toma de decisiones.

Servir juntos a Dios es algo estimulante. Para empezar, «somos colaboradores de Dios» (1 Co. 3:9). Nos llama a trabajar juntos con Él (2 Co. 6:1). Nuestra común lealtad hacia Él forma la base de nuestras relaciones de trabajo. ¡Esto es sensacional!

Como somos humanos, aportamos al liderazgo nuestros diferentes puntos de vista, prejuicios y debilidades. Por supuesto, también contribuimos compartiendo nuestras experiencias y nuestra visión. Vamos a examinar un grupo de líderes mientras trabaja.

Digamos que hay dos o tres que provienen del mundo de los negocios. Serán partidarios de buenos procedimientos empresariales y estarán dispuestos a introducir un toque profesional en la organización cristiana. A su lado hay un par de visionarios. Son personas con ideas creativas. Tienen grandes sueños para la iglesia, pero en ocasiones no tienen los pies en la tierra. Después tienes al tipo pensador/filósofo que pide una «razón de ser» para cada decisión. Finalmente están los líderes afectuosos y solícitos, siempre pensando en las personas en vez de en lo que se hace.

Si hay un respeto mutuo y una aceptación de los dones y condiciones de los demás, este equipo de líderes puede enriquecer el ministerio de su iglesia. Pero si se tratan unos a otros como rivales e insisten en su propia forma de planificar, se producirá el caos y la división. La obra de Dios se paralizará.
FUNDAMENTOS BÍBLICOS
Es extremadamente útil buscar las palabras «unos y otros» en una concordancia, anotando ...

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