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Disciplinas libertadoras


Amor vs. Arrogancia


Es muy bueno conversar y reflexionar acerca de las cosas profundas de la vida porque uno escucha muchas cuestiones vacías y superficiales en el mundo de hoy, ¿verdad?
Todos sentimos, palpamos y vivimos en nuestra vida personal, esa batalla entre Dios y Satanás; esa batalla que se libra en los cielos día tras día.
Hay una batalla entre la pureza y el pecado, y otra entre el amor y la arrogancia; batallas que usted y yo confrontamos día tras día aquí en la tierra.
Las masas incrédulas que no se quieren entregar a Jesucristo, el Hijo de Dios, llevan una vida donde reina el vacío mental, moral y espiritual. En realidad en el alma humana hay dos que quieren gobernar y colocarse sobre el trono de nuestro ser.
Uno es el amor personificado en la persona de Cristo (Juan 3:16) y el otro es la arrogancia personificada en nuestro ego, en nuestro yo, independiente de Jesucristo (Romanos 1:18-23).
El amor y la arrogancia son dos dioses ?por así decirlo? que quieren apoderarse de nosotros y dominarnos. El uno nos levantaría y el otro nos destrozaría; el uno nos hace mejores, el otro nos hace peores; el uno nos hace hijos de Dios (Romanos 8:16), el otro nos condena a la eterna condenación del infierno (Tito 3:11).
El amor de Dios está personificado en Cristo Jesús, el bendito hijo de Dios, que nacido de la bendita virgen María se hizo hombre (Filipenses 2:5-8), vivió sin pecado (Hebreos 4:15), murió y resucitó (Romanos 14:9), y hoy se nos presenta a la puerta del alma diciendo:
«Déjame entrar, déjame entrar, quiero perdonarte, quiero cambiarte, quiero darte mi amor y llenarte del Espíritu Santo de Dios».
¿Sabe cuál es el resultado cuando uno recibe a Cristo y al Espíritu Santo? La Biblia dice que el primer fruto es el amor. Luego vienen: alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio (Gálatas 5:22-23 NTV). Pero el amor es el número uno.
Algunos estudiosos de la Biblia dicen que el fruto del Espíritu es el ...

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