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Disciplinas libertadoras


Edificando mi casa / Continuación

... y atractiva como un árbol frutal y sus hijos rodearán su mesa. Pero hay una condición, la bendición es para la persona que teme a Dios y sigue sus caminos. ¿Usted teme a Dios? ¿Sigue los caminos de Dios? ¿Ha tenido temor de Dios en sus actividades comerciales, en el vecindario, en la iglesia? Antes de quejarse de su familia, pregúntese ¿he caminado con Dios como corresponde? Si ha provocado divisiones no se sorprenda si hay rebelión en su familia.

Dios nos promete que si le tememos a él y si seguimos sus caminos y permitimos que él edifique nuestra casa, disfrutaremos hasta de nuestros nietos, que de por sí son una gran bendición de Dios. Dice el Salmo 128:5-6: «Que el Señor te bendiga continuamente desde Sión; que veas prosperar a Jerusalén durante toda tu vida.
Que vivas para disfrutar de tus nietos. ¡Que Israel tenga paz!» (NTV).

¡Qué satisfacción más grande! Esa bendición es para los que le tememos y seguimos sus senderos. No tenga duda, cumpla con el temor de Dios y la obediencia a él y le dará esta bendición. Salmo 133:1 dice: «¡Qué maravilloso y agradable es cuando los hermanos conviven en armonía!» (NTV). Allí envía Dios bendición y vida eterna (Salmo 133:3), ¡qué hogar feliz es aquel en que los hermanos entre sí se llevan bien!

Luis Palau