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Disciplinas libertadoras


¡El día de una ciudad!

El domingo de Ramos, el primer día de la Semana Santa, debe ser un día de gran alegría, como lo debería ser toda la Semana Santa. ¿Recuerda usted cuando Jesús entró en Jerusalén, aquel primer Domingo de Ramos? Toda la ciudad salió por las calles para recibir al Rey del cielo. La Biblia dice que El se montó en un pequeño burro. Las multitudes se quitaban sus mantos y los ponían ante El. Cortaban ramas de los árboles y las colocaban ante su camino. Cantaban, gritaban, elevaban las manos y exclamaban:

¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Dios nos ha mandado un Rey! ¡Viva el Rey!
(Mateo 2: 9; Lucas 19: 38)

Y toda la cuidad se alborotó. ¡Es que Jesús era, al fin de cuentas, Dios mismo en forma humana - era el Creador!

Pero había una nota de tristeza en este cuadro. En medio de la alegría, Jesús dijo unas palabras sorprendentes. La Biblia dice que El llegó al monte de los Olivos, y al ver debajo suyo, en el valle, a la ciudad de Jerusalén, una lágrima corrió por el rostro del Maestro. Jesús de Nazaret "lloró" (Lucas 19: 41). ¿Por qué lloraba? La ciudad lo aclamaba. Todo el mundo gritaba. Había canciones en los labios de los niños. Sin embargo, en la mirada de Jesús, había una nota de tristeza. ¿Sabe por qué? Porque Jesús sabía, como dice la Biblia, que las gentes "de labios me honra, pero lejos están de amarme de corazón." (Mateo 15: 8)

Y en esta misma Semana, veinte siglos más tarde, en esta ciudad, ¿qué posición está tomando usted ante Jesucristo, mi estimado lector? ¿Usted alaba a Jesús? ¿Se siente muy espiritual? ¿Ha ido a la iglesia? ¡Me alegro! Pero, ¿y su corazón? ¿Su corazón está lejos de Dios, como lo estaba el de la multitud allá en Jerusalén? Usted - ¿le ha abierto su corazón a Cristo con alegría? Esa es la decisión que debería haber tomado la ciudad de Jerusalén y que usted debe tomar ahora mismo. El corazón, eso es lo importante.

Por sobre todo, guarda tus sentimientos (corazón) porque ellos influyen ...

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