LA ASIGNACION DE TAREAS - Parte II
por Pablo David Tripp
(Nota del editor: éste es el segundo de dos artículos por este autor sobre la aplicación de la Palabra de Dios en el ministerio de aconsejar. El primer artículo salió en AP Volumen XVI número 1 y explicó cómo las doctrinas de Dios, de la Escritura, y de las responsabilidad humana requieren que el consejero asigne tareas para llevar a cabo los principios bíblicos que gobiernan el problema del aconsejado. Ahora el mismo autor explica cómo las doctrinas de pecado y de la santificación progresiva demandan la asignación de tareas.)
4. La doctrina del pecado
Cuando Diego y María vinieron en busca de consejos matrimoniales, resultó claro que los problemas que tenían no eran nuevos. Su matrimonio siempre había estado en conflicto. Diego era exigente, perfeccionista, un hombre demasiado volcado a su trabajo que consideraba el fracaso como una maldición y el tiempo libre como una evidencia de irresponsabilidad. Siempre exigía mucho de su esposa y la juzgaba con dureza cada vez que el trabajo de ella no era un éxito rotundo. La forma en que se comunicaba con María y con sus hijos era negativa y cínica.
Por su lado María vivía enojada y diariamente se repetía la lista de las cosas malas de Diego para con ella. Podía recordar dichos incidentes muy detalladamente. A su manera le hacía la guerra a Diego todos los días. A su manera le devolvía los golpes una y otra vez. Sin embargo, María no se veía a sí misma como una persona enojada. Era bastante santurrona y farisaica, y se consideraba una víctima desvalida que vivía un infierno constante. ¿Cómo entendemos el problema de Mary? ¿De qué manera la tarea que ella haga contribuirá a que tanto ella como el consejero vean las cosas tal cual son?
Los problemas de los aconsejados van más allá de su comportamiento. Van más allá de los sentimientos. Van más allá de los rótulos que nuestra sociedad le pone a los problemas. Hay problemas más fundamentales que los hábitos, las acciones y las palabras. La responsabilidad del consejero bíblico va más allá de cambiar un comportamiento por otro, un sentimiento por otro, una percepción por otra. La responsabilidad del consejero bíblico es ir a la raíz del problema del aconsejado.
El consejero bíblico tiene la característica de preocuparse por el «corazón», como la Biblia lo define. Éste es un enfoque radical en una cultura que ni siquiera cree que existe el corazón. En la psicología moderna ...