... consejeros no se animan a usar la categoría bíblica de víctimas y victimarios porque parece que se estuviera echando la culpa a otros. Quienes han sido oprimidos, con sus actitudes a menudo echan culpas, justificando así los pecados de autocompasión, amargura, espíritu vengativo, abuso de sustancias nocivas, etc. Las víctimas también se caracterizan por culpar la maldad de los perpetradores diciendo que la propia maldad es simplemente un mal que están devolviendo: ?Mi odio suicida y homicida es culpa de esa persona?. Muchas psicologías populares enfatizan tal santurronería. De manera que los consejeros hacen bien en preocuparse porque las personas podrían quedar desvalidas, indolentes y airadas. Sin embargo, las categorías de perpetrador y víctima son categorías bíblicas, y utilizarlas correctamente es parte de un razonamiento bíblico. Si evitamos estas categorías, ignoramos lo que dice Dios a las personas que están sufriendo. Echar culpas a otros es un pecado con el cual todos estamos familiarizados, pero la Biblia es equilibrada. ?Que ninguno pague a otro mal por mal? identifica a aquellos que sufren por la maldad, e impugna el culpar a otros.
Si el sufrimiento mayormente es resultado de los pecados de otros, usted descubrirá que la diferenciación responsable se hace vital. No habrá perdón si las víctimas no creen que deben perdonar, y las víctimas verán paralizado su crecimiento espiritual si existe el sentimiento escondido de que son responsables por lo ocurrido.
Ideas prácticas
a) Sepa lo que dice la Biblia sobre los hacedores de maldad. Lea Jeremías 23:1-8; Ezequiel 34:1-16; Lucas 17:1-2.
b) ¿Quién cree usted fue responsable por lo sucedido? ¿Qué dice Dios al respecto? ¿Cree usted lo que Dios dice?
3. Dios dice: ?Estoy contigo y te amo?.
El impacto del aconsejamiento bíblico es un movimiento hacia afuera que dirige nuestros corazones al Señor y nos lleva a amar a Dios y a los demás. Los dos temas tratados hasta aquí expresan este movimiento hacia afuera. Ahora es tiempo de ser conducidos más allá de nosotros mismos y de mirar a Cristo. Dios nos llama específicamente a ver su bondad y su amor tal como están expresados en su Hijo.
Esta atenta mirada no ocurre automáticamente. Satanás --el gran engañador-- constantemente susurra que Dios no es bueno. Nada desea tanto Satanás como que apreciemos las claras bendiciones de Dios durante los tiempos buenos, pero que cuestionemos su amor en los tiempos malos. De manera ...