... y de cumplir mis votos. [Es notable que ella sea religiosa. Estas cosas no pasan solamente en un contexto pagano]. ¡Tú eres precisamente al que estaba buscando! ¡Salí a encontrarte y aquí estás! Mi cama está tendida con hermosas colchas, con coloridas sábanas de lino egipcio. La he perfumado con mirra, áloes y canela. Ven, bebamos sin medida la copa del amor hasta el amanecer. Disfrutemos de nuestras caricias, ahora que mi esposo no está en casa. Se fue de viaje por mucho tiempo. Se llevó la cartera llena de dinero y no regresará hasta fin de mes?.
»Y así lo sedujo con sus dulces palabras y lo engatusó con sus halagos. Él la siguió de inmediato, como un buey que va al matadero. Era como un ciervo que cayó en la trampa, en espera de la flecha que le atravesaría el corazón. Era como un ave que vuela directo a la red, sin saber que le costará la vida» (Proverbios 7:6-23).
La tentación es casi omnipresente
A diferencia de mi juventud, hoy en día la tentación sexual es casi omnipresente, es decir está en todas partes. Cuando yo era joven, en la TV ni los casados dormían en la misma cama, no había Internet, no había números telefónicos a los que llamar y hablar de sexo (un amigo mío perdió su matrimonio debido a esos números); tampoco había películas aptas solo para mayores.
¿Cuál es la respuesta? ¿Cómo podemos vivir en este mundo y mantenernos puros en cuerpo y mente?
Una propuesta es el aislamiento. Pero no es esa la voluntad de Dios para los cristianos, pues Pablo dice: «Cuando les escribí anteriormente, les dije que no se relacionaran con personas que se entregan al pecado sexual; pero no me refería a los incrédulos que se entregan al pecado sexual o son avaros o estafadores o rinden culto a ídolos. Uno tendría que salir de este mundo para evitar gente como esa. Lo que quise decir es: no se relacionen con ninguno que afirma ser creyente y aun así se entrega al pecado sexual o es avaro o rinde culto a ídolos o insulta o es borracho o estafador. Ni siquiera coman con esa gente» (1 Corintios 5:9-11).
Para llevar una vida pura y mantener la pureza tenemos que:
Mirar el mundo con los ojos de Dios
Tenemos solo dos opciones, evaluar todo a través de los ojos de Dios o adoptar la óptica del mundo. Una definición de la sabiduría es: Mirar o enfocar la vida con los ojos de Dios. El contraste entre las dos opciones se encuentra en 1 Juan 2:15-17:
«No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece porque cuando aman al ...