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El consejero bíblico


La Mentira: / Continuación

... a vengarnos. Dios siempre nos llama ?a nosotros y a quien nos lastimó? a que volvamos a Él (Jeremías 3:22).
Restaurar nuestra propia integridad. Dejemos de recriminarnos porque confiamos en un mentiroso. La honestidad, el amor y la confianza son los mejores regalos que le podemos dar a otra persona. Estas cualidades del carácter nos hacen lo que somos en nuestro interior. Son cualidades que siguen el modelo de lo que le agrada a Dios (Colosenses 3:1-7). A medida que vivimos de acuerdo a los principios que sabemos que son verdad, recordemos: en territorio donde hay lobos, las palomas inocentes necesitan la astucia de serpientes (Mateo 10:16).
Aprender de experiencias pasadas con el engaño. No todas las historias que escuchamos suenan como historias ciertas. No todas las personas leen el mismo libro de reglas y principios ni siguen la guía de nuestros principios éticos, morales y espirituales. Observemos los pasos de la gente, hacia donde se dirigen y no sólo lo que dicen. Notemos el mensaje detrás de las palabras. Seamos conscientes de las respuestas típicas de la gente cuando se la confronta con mentiras que han dicho. Pidamos al Espíritu Santo que nos guíe a toda verdad (Juan 14:15 17).
No podemos escapar de la realidad de que vivimos en un mundo de engaño. No podemos hacer que otros dejen de mentir. Pero si podemos convertirnos en personas que buscan la verdad y tienen discernimiento en cuanto en quién confiar y cuánto confiar. Podemos comenzar reconociendo cómo algunos distorsionan nuestra realidad y nos apartan de nuestra búsqueda de la verdad. Más importante aún, podemos comenzar nosotros mismos a hablar la verdad.

DIFERENTES TIPOS DE MENTIRAS

Las mentiras vienen en muchas formas, desde las falsedades intencionales hasta las mentiras piadosas que muchos sienten causan muy poco daño. Las mentiras pueden ser:
Mentiras piadosas
Admitámoslo. Cuando suena el teléfono en casa o en el trabajo, quien no ha susurrado: «Diles que no estoy». Le escribimos a la tía Sara diciendo que nos gustó mucho el regalo de cumpleaños porque no queremos herir sus sentimientos, pero luego devolvemos el regalo al negocio donde lo compró. Disfrazamos nuestros sentimientos diciendo: «Estoy bien», cuando en realidad nos sentimos muy mal. Cuando minimizamos nuestro peso o exageramos la asistencia en la iglesia, estamos haciendo que la línea entre la verdad y una mentira sea muy borrosa. Decimos que estas mentiras son inocuas y las llamamos ...

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