... a calumnias que se levantan sólo por el impulso del espíritu de competencia, envidia, deseos malsanos de simplemente derribar al compañero quien Dios está usando. Mentiras, Calumnias, destrucciones, maquinaciones y artimañas han sido usadas en las últimas décadas por líderes inseguros que no han tenido el más pequeño temor ante sus palabras que brotan con facilidad del la fuente malsana de su lengua enfermiza. Mantengamos la disposición a ser evaluado en nuestra conversación.
LA DISPOSICION DEL SIERVO A SER EVALUADOS EN LA RELACIÓN.
«?si he agraviado a alguien?» (1 S. 12:3).
Agraviar es engañar o defraudar. Podemos como siervos usar el ministerio para engañar o defraudar a la gente, mas un día seremos expuestos a la luz. Necesitamos estar expuestos a ser evaluados en cuanto a nuestras relaciones. Relaciones con otros pastores, relaciones con los líderes con los cuales trabajamos y relaciones con la gente o congregación en la cual nos desenvolvemos por la gracia de Dios. Por muchos años consideré el tema de las relaciones como algo periférico de mi vida y de mi ministerio hasta que un día fui confrontado directamente por la Palabra de Dios acerca de la centralidad de ese tema. Nuestro Dios es un Dios de relaciones y él desea que sus siervos sean siervos que manejan y administran bien las relaciones.
Es imprescindible estar dispuestos a ser evaluados en nuestras relaciones con el sexo opuesto y jamás defraudar a nadie en este sentido. Los últimos diez años la Iglesia ha sufrido las dolorosas caídas de ministros y líderes quienes jamás estuvieron dispuestos a ser evaluados en este aspecto. Jugar sutilmente con el sexo opuesto sin mantener los límites adecuados está llevando a muchos siervos al camino del engaño. Sabemos por el Espíritu de Dios quien nos advierte y por la lógica que Dios nos ha dado como regalo, cuando comenzamos a pasar los límites claros. Sonrisas, miradas, toques especiales, regalos cariñosos, llamadas telefónicas disfrazadas de atención espiritual son juegos peligrosos que al igual que Sansón pueden llevarnos a un desastre total. Que bueno sería pedirle a ministros amigos y aún hermanos que nos rodean que tengan la libertad de llamarnos la atención y darnos una palabra de advertencia antes que la ceguera espiritual nos alcance y sea demasiado tarde.
Con el sexo opuesto no se puede jugar. En la oficina pastoral y escritorio de consejería nacen con frecuencia las primeras semillitas de adulterio o ...