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El consejero bíblico


Desarrollando una mente cristiana / Continuación

... aquí donde encontramos la crítica cristiana a mucha de la filosofía política moderna. O son demasiado ingenuas en su optimismo acerca del ser humano, o demasiado negativas en su pesimismo. Sólo la Biblia mantiene el equilibrio.
En primer lugar vamos a referirnos al optimismo de los humanistas. Es verdad que se refieren al hombre como nada más que el resultado de un ciego proceso de evolución pero, sin embargo, tienen una tremenda confianza en el potencial de evolución que tiene el ser humano. Creen que el ser humano va a poder tomar su historia en sus manos y hacerla él mismo, y aun su propia evolución. Esto es muy optimista y no toma en consideración el egoísmo torcido del ser humano.
En segundo lugar, los existencialistas ?que tienden a ir al extremo opuesto- es gente llena de pesimismo y aun de desesperación, porque dicen que no hay Dios, que no hay valores. Nada tiene sentido. Todo es absurdo. Esa conclusión es lógica si niegan la existencia de Dios. El escritor norteamericano Mark Twain, que era un humorista pesimista, dijo: «Si pudieras hacer un cruce entre un gato y un hombre, mejorarías al hombre y empeorarías al gato». Este pesimismo no toma en cuenta el amor, la belleza, la hermosura, el heroísmo y el sacrificio propio que han adornado la historia humana. Tenemos que evitar ambos extremos, el optimista y el pesimista.
La tercera opción es el realismo bíblico. De acuerdo a la Biblia el ser humano es una extraña y sorprendente paradoja: Es capaz de la más alta nobleza, pero también de las crueldades más bajas. Puede comportarse como Dios, a cuya imagen fue hecho, pero también puede comportarse como las bestias de las cuales tenía que ser diferente. El hombre puede pensar, escoger, crear, amar, adorar; pero también puede codiciar, pelear, odiar y matar. El ser humano es el que ha inventado los hospitales donde se cuida a los enfermos, las universidades donde se adquiere sabiduría y los templos donde se alaba a Dios; pero también ha inventado cámaras de tortura, campos de concentración y bombas de hidrógeno. La mente cristiana recuerda la paradoja del ser humano. Somos nobles pero innobles, sabios pero tontos, racionales e irracionales, morales y al mismo tiempo inmorales, y esto cada uno de nosotros lo sabemos.
Vamos a aplicar esta paradoja del ser humano a una serie de situaciones. En primer lugar veremos la cuestión de la auto-imagen. Todos conocemos la gran importancia de la salud mental, de saber quiénes somos. Algunas personas ...

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