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El consejero bíblico


Problemas en la formación del carácter masculino / Continuación

... En cambio, asumen una estructuración de su carácter que es más apropiada para las mujeres cristianas que para los hombres cristianos. Por ejemplo, un hombre feminizado puede tener un carácter en el cual los rasgos de delicadeza y sumisión sean más fuertes que los de agresividad y coraje. Las mujeres y los hombres cristianos deberían ser suaves y agresivos (apasionados). Y sin embargo, en las Escrituras se enfatizan la tranquilidad y la suavidad particularmente en las mujeres, y la agresividad y el coraje en los hombres. Se supone que los hombres responden con más agresión que las mujeres en situaciones sociales. Los hombres son, en general, más agresivos que delicados, lo opuesto cabe para las mujeres.
Esto no significa que las mujeres nunca deberían ser agresivas y que los hombres nunca deberían ser suaves, pero debería existir una cierta diferencia global en la forma en que los dos sexos expresan estos rasgos.

Formación
Hay dos áreas que son cruciales en la formación del carácter de los hombres y que deben ser tratadas con éxito. Estas áreas son de gran importancia, tanto en la crianza de los niños para que sean hombres cristianos como en la edificación de los nuevos cristianos jóvenes y ancianos, para la madurez cristiana.
La primera y principal área es la de formar a los hombres para que asuman responsabilidades sociales. Los hombres tienen una tendencia natural a evitar las responsabilidades sociales y a seguir, en cambio, una de estas dos direcciones: seguir el camino del auto engrandecimiento y la búsqueda del placer o, si están feminizados o intimidados por las mujeres en las situaciones sociales, apartarse y sólo asumir responsabilidades en áreas en las que están seguros de poder lograr algo.
Los hombres asumen responsabilidades sociales con naturalidad y con gran eficacia cuando:
(1) les resulta claro que la responsabilidad primordial por el bienestar de otros reside en ellos.
(2) los hombres relacionados con ellos los han disciplinado, desde chicos, a reconocer y asumir fielmente su responsabilidad.
La segunda área crucial para el desarrollo del carácter del hombre es la agresividad. Los hombres son y deberían ser naturalmente agresivos, a menos que en su niñez se les haya enseñado a tener miedo de lastimarse.
En lugar de ser un factor destructivo o perjudicial, esta natural agresividad de los hombres puede ser una de sus mayores contribuciones a la sociedad. Pero ellos necesitan ser entrenados ...

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