... de Jesús pero trataron de impedir que los niños vengan a Él. Eran unos tipos malos. La realidad para Holly era esta y ella no podía entender mi interés en defender a cualquiera que pudiera impedir que los niños vengan a Jesús.
De inmediato decidí que era prudente abandonar esta parte de la discusión. «Holly, los discípulos no eran malos ?le afirmé para darle punto final? pero aún, si lo fueran, no veo qué tiene que ver esto con tu mala conducta».
Ella exhaló mostrando impaciencia y me explicó: ?Yo le pedí a Jesús que entre en mi corazón y limpie mi pecado. Pienso que Jesús le pidió a los discípulos que le ayuden y que ellos no hicieron un buen trabajo.
Analicemos esto. La lógica de Holly es impecable. Empleando todo el conocimiento teológico que poseía, encontró la explicación más coherente sobre el pecado en la vida del creyente que la mente de una criatura de cuatro años podía fabricar. De alguna manera tiene mucho más coherencia que las excusas formuladas por algunos adultos. Si yo no hubiera insistido con mis preguntas, jamás hubiera averiguado lo que pasaba por su mente.
5. No pretenda que los niños aprendan la lección la primera vez.
Holly y yo tuvimos muchas conversaciones sobre los discípulos después de esta, y me costó mucho trabajo convencerla de que los discípulos no eran malos tipos; eventualmente cambió de opinión.
Los niños raramente captan el mensaje íntegro la primera vez. Por este motivo el curriculum de la Escuela Dominical tiene incorporado mucha repetición y repaso.
Mi hijo mayor, Jeremías, tenía solamente tres años cuando su clase de la Escuela Dominical inició sus lecciones formales. Me encantaba que me relatara las historias y me maravillaba la precisión con que narraba la mayoría de los detalles, y era aún más sorprendente que su pequeña mente pudiera absorber tanto. Pero no siempre captaba los detalles con exactitud.
Un domingo me estaba relatando el bautismo de Jesús. Me recitó la narración con gran rapidez, sin pausas para respirar: ?Jesús vino a este hombre Juan que bautizaba gente, y le dijo: ?bautízame? y Juan le dijo que no lo podía hacer porque no era digno, pero Jesús le dijo que lo hiciera de todos modos.
?Es verdad?, le dije, felicitándome que mi hijo era tan buen oyente.
?Así que Juan el Bautista bautizó a Jesús?, continuó Jeremías. Bajó el tono de voz hasta un dramático susurro: ?Después pasó algo extraño, dijo.
?¿Qué ...