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El consejero bíblico


Once características de un ministro de Cristo excelente / Continuación

... Timoteo 4:12 podría ser traducida fidelidad, honradez, o firmeza. Timoteo debía ser fiel, honrado y firme en su ministerio. Pablo dice: «lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel» (1 Co. 4:2). Las personas pueden seguir a esa clase de líder.
En pureza
La palabra griega traducida pureza (hagneia) se refiere no sólo a la castidad sexual sino también a la intención del corazón. Si su corazón es puro, su comportamiento también lo será.
La historia nos ha mostrado que un ministerio puede ser devastado por la impureza sexual de sus líderes. Los hombres que son líderes son vulnerables en ese aspecto cuando bajan las defensas. Debemos mantener pureza moral absoluta.
8. Un ministerio completamente bíblico
«Entre tanto que voy», le dijo Pablo a Timoteo, «ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza» (v. 13).
La lectura
En las reuniones de la Iglesia primitiva se apartaba un tiempo fijo para la lectura de la Escritura. A esto le seguía una exposición del texto.
Ese modelo de predicación expositiva viene de Nehemías 8:8: «Leían claramente en el libro de la ley de Dios, y explicaban su sentido, de modo que entendieran la lectura». La Escritura debe ser explicada para que las personas la puedan comprender.
Exhortación
Si la lectura y la exposición de la Escritura nos dicen lo que significa, la exhortación es un llamado para que la apliquemos. Exhortar es advertir a las personas que obedezcan teniendo en mente el juicio. Debemos alentar a nuestros oyentes a que respondan apropiadamente, recordándoles que sus acciones pueden resultar en una bendición u otra consecuencia.
Enseñanza
Esto significa enseñar sistemáticamente la Palabra de Dios tanto en grupos como a individuos. Esta palabra griega, didaskalia, aparece quince veces en las epístolas pastorales. Su frecuencia nos da una idea de su importancia para la vida de la Iglesia. No nos debe asombrar que el pastor debe ser «apto para enseñar» (1 Ti. 3:2).
9. Cumple su llamamiento
Pablo escribe «No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio» (1 Ti. 4:14). Algunos comienzan en el ministerio pero lo abandonan porque no fueron llamados a ese ministerio en el principio. Pero algunas personas que han sido llamadas al ministerio lo abandonan, y éste es un abandono del lugar donde Dios desea que estén.
Hay muchas personas en el ministerio que sirven por un tiempo ...

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