... obediente y práctica aplicación de la Palabra de Dios a la situación específica de la experiencia diaria. En la santificación, ¿a qué llama Dios a sus hijos sino a seguir, a no ceder, a abandonar, confiar, despojarse y vestirse, correr, obedecer, dar muerte, estudiar, huir, resistir, etc....? La tarea toma este llamado de Dios y lo aplica con especificidad a la situación del aconsejado. La tarea asignada pide que en el contexto de la circunstancia particular, el aconsejado haga lo que Dios lo ha llamado a hacer como participante de su misericordia santificadora.
La tarea para el aconsejado también es adecuada para el prolongado proceso de la santificación. Las metáforas que en la Escritura hallamos sobre la santificación --por ejemplo correr la carrera, crecer de la niñez a la adultez, y el crecimiento de la semilla hasta ser una planta madura-- describen la santificación como un proceso prolongado. En realidad, es un proceso que abarca toda nuestra vida. La tarea ayuda a cortar con la expectativa de una solución instantánea. La tarea ayuda al aconsejado a creer en un proceso de cambio paso a paso. La tarea va marcando la importancia de cada paso que se da en el nombre de Dios, erigiendo mojones a los que se puede volver a mirar en alabanza a Dios. Un diario o un cuaderno de notas funcionará como un registro alentador del progreso que ha tenido lugar a medida que Dios ha usado el ministerio de consejos para continuar su obra de santificación.
Por último, la tarea asignada por el consejero presenta un desafío a la actitud de tener «derecho a la vida privada» según manifiestan muchos cristianos en su experiencia cristiana. A menudo a la santificación se la considera un asunto privado entre la persona y Dios. Pero es imposible leer Efesios 4 y 1 Corintios 12 y llegar a la conclusión de que la santificación es un asunto individual. La esencia de la tarea que asignan los consejeros es que demanda responsabilidad y sumisión ante otros cristianos. Requiere que el aconsejado sea sincero ante Dios y ante el consejero, uno de sus instrumentos de redención. La tarea se asigna para que el aconsejado la lleve a cabo durante la semana y la comente con el consejero en la sesión de consejos. Requiere que, con gratitud a Dios, el aconsejado abandone el orgullo y el temor que lo llevan a esconderse de aquellos a quienes Dios ha levantado para ayudar y actuar. Nuestra doctrina de santificación progresiva requiere asignaciones de tareas que animen a los aconsejados ...