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El consejero bíblico


LA URGENTE NECESIDAD DE LA KOINONIA / Continuación

... que tan fácilmente nos envuelve» (nos hace tropezar).

Para responder a los 4 puntos tengo recomendaciones:

Como explica Hechos 2:42 la koinonia no es opcional sino es una necesidad. Parte de la koinonia es la parte que consideramos espinosa, dar razón de nuestro comportamiento a otros creyentes. No necesariamente uno tiene que revelar un pecado oculto. Puede ser ayuda para leer la Biblia todos los días; amar más al cónyuge; no enojarse con los chicos; bajar de peso; no pasar tanto tiempo viendo la TV; o mil cosas más.

Sin embargo, la Biblia explica que bajo ciertas circunstancias conviene confesar un pecado a otras personas. Ha sido nuestra experiencia que cuando alguien esconde un pecado en un compartimento de su corazón, Satanás lo chantajea y acusa. Por lo general existe el temor de que alguien se dé cuenta. Cuando se admite el problema y se hace un pacto en presencia de testigos, el diablo no tiene fundamento para su chantaje puesto que un chantaje se basa en un secreto.

Ahora bien, con referencia a estas personas la Biblia advierte: «No des lo santo a los perros ni echéis vuestras perlas delante de los puercos» (Mateo 7:6). Los perros y puercos, en este caso, son símbolo de la gente que no tendrá suficiente madurez como para enterarse de la situación y poder ser de ayuda. Estas personas no han de ser tenidas en cuenta. Es más, hay que escoger personas con mucho cuidado. Deben cumplir con una lista de requisitos mínimos: 1) Debe ser madura espiritualmente (Gálatas 6:1). 2) Debe ser capaz de formar parte de la solución. 3) No debe ser chismosa. 4) No debe escandalizarse ante este pecado secreto. 5) A veces es aconsejable seleccionar a una persona que haya sufrido un problema parecido y también haya obtenido la victoria con la ayuda y gracia de Dios.

En nuestro grupo un hombre perdió su empleo (oramos con él y ya tiene otro). Otro tiene una hija rebelde (oramos con él por meses y finalmente se han abiertas las líneas de comunicación entre él y su hija). Todos tenemos parientes inconversos. Otro está sufriendo las secuelas de turbio divorcio (la ayudamos con los chicos hasta que alguien le regaló un auto). Otro hizo un pacto con el Señor de pasar más tiempo en la Biblia y en la oración. Por otro lado, un hombre llegó desanimado debido a la lucha con la pornografía. Pudimos animarlo, orar por él, darle consejos prácticos y compadecernos de su lucha. La kononia comprende todos estas situaciones ...

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