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El consejero bíblico


Carta a un alcohólico parte 2 / Continuación

... por nuestros pecados pasados y futuros, así que no habría esperanza. Satanás actuaría sin límites, tendría libertad para provocar desesperación y un sentimiento de culpa paralizante. Con el perdón hay paz con Dios y valentía para ir en busca de esa temeraria tarea de la sobriedad.
En resumen, Jesús, al morir por los pecados y resucitar de los muertos, es el centro del cambio. Continuamos con nuestros ojos en Jesús, y así creeremos que Él pagó el castigo por nuestro pecado y que se deleita en darnos poder para luchar contra el pecado.
Si usted vacila y pierde la confianza en que el perdón de Dios cubre los pecados que usted comete, puede haber dos razones. En primer lugar, tal vez usted crea que Dios no es mejor que usted mismo. En otras palabras, usted no se podría imaginar perdonando a alguien setenta veces siete, de manera que no puede creer que Dios lo haga. Si esto es lo que pasa por su mente, usted está creyendo una mentira. Dios no es como nosotros. Su perdón no es como el nuestro. No use sus propias debilidades como el parámetro para comprender la grandeza de Dios. Simplemente escuche a Dios cuando Él se revela en su Palabra.
Una segunda razón por la que usted puede tener dudas para creer que Dios lo perdona, es que en realidad usted no está tomando en serio el pecado. Usted sabe lo que Dios dice pero no lo obedece. En este caso, según la Biblia usted hace bien en tener dudas ?no en cuanto al perdón de Dios sino en cuanto a si usted es realmente un hijo de Dios. Tal vez usted aún esté viviendo una mentira. Si así fuera, tiene que aprender sobre el amor de Dios. Es un amor que va a buscarlo a usted en vez de esperar que usted sea perfecto. Es un amor que llega al sacrificio, hasta la muerte de Jesús en una cruz. Cuando usted sabe esto sobre el Dios viviente, usted comienza a darse cuenta de que «[sus mandamientos] no son difíciles de cumplir» (1 Juan 5:3 NVI) y a conocer que Él da poder para luchar con el pecado. Es entonces que usted podrá responder al amor de Dios en obediencia.
Usted necesita ser consciente de que el método bíblico para el cambio no hace que, necesariamente, la vida sea más fácil. Lo que sí hace es equiparnos para la batalla. Cambiar quiere decir hacer cosas que no resultan naturales, como amar a otros, abandonar nuestro orgullo, decir la verdad y batallar contra nuestros deseos. La abstinencia es una guerra. Pero esta guerra es muy singular. El arma más prominente que usted tiene es la confianza y el amor por ...

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