Artículos

El consejero bíblico


La Mentira: / Continuación

... mentiras piadosas.
Mentiras más serias
El peligro de mentir es que cuanto más un mentiroso se sale con la suya, tanto más y mejor miente. Cuando distrae nuestra atención de la cuestión principal y dice: «Estás haciendo de una pulga un elefante. Olvidémonos de lo que paso», en realidad aprende a dejar de lado su propia responsabilidad. Nos hemos apartado de la cuestión central y nos preguntamos si somos nosotros los que tenemos problemas. El mentiroso ha evadido la cuestión. La mentira inocua crece y se convierte en otra mentira más nociva. Con el tiempo, mentir se vuelve un estilo de vida.
Mentiras patológicas
Los mentirosos habituales y compulsivos disfrutan la idea de que otros se unan a su juego. Ensimismados en la idea de ganar a cualquier precio, se vuelven adictos a su propio engaño. Estos mentirosos son encantadores y convincentes y usan toda su habilidad para agradar a los demás y para que los demás confíen en ellos. Pero que alguien nos agrade no equivale a que confiemos en esa persona y no podemos pasar por alto el hecho de que los mentirosos son confabuladores y no sienten remordimientos por lo que han hecho, ni se conduelen porque nos han herido. Los expertos dicen que estos mentirosos son los de la peor mentira: mentirse a sí mismos y distorsionar su propia realidad. Algunos mentirosos patológicos confiesan: «Las peores mentiras son las que me digo a mí mismo».
~ ~ ~ ´ ´~ ~ ~ ~ ~ ~ _

RESPUESTAS COMUNES PARA ENCUBRIR MENTIRAS

Cuando a las personas se las confronta con sus mentiras, construyen cercos de conmoción emocional para mantenernos lejos, por ejemplo:

Negación categórica. «Yo no..»

Desacreditar a nuestro grupo de amigos para que mantengamos en secreto nuestras sospechas. «Tus amigos son chismosos». «¿Para qué decirle a tu familia, es algo nuestro?» «¿Puedo confiar en que mantengas esto entre nosotros dos?»

Enojo. E1 enojo de la persona nos intimida, y habremos de ceder. E1 enojo nos hace desviar de la cuestión principal, de modo que olvidamos la verdadera cuestión. Cuando estamos enojados o estamos tratando con alguien enojado, no podemos pensar correctamente pero podemos estar muy cerca de la verdad.

Culpa. «El / ella me hizo hacerlo».

Justificar el comportamiento de manera arrogante. «Sí, es cierto, ¿Y qué? Hago lo que quiero. No soy responsable ante ti».

Estas respuestas desafiantes nos sacuden y nos quitan nuestras defensas, de modo que ...

Continuar leyendo