... a visitarlos, conversaron mucho sobre doctrina. Joel estaba bastante preocupado, no solamente porque sus amigos estaban en una semisecta sino porque, a su juicio, hizo más mal que bien con su visita.
Cuando llegó el momento de otra visita, yo estaba en la recta final tratando de terminar este libro. Nos reunimos con Joel, Cristina y otro matrimonio, también amigos de la pareja en la secta. Oramos juntos y planeamos la estrategia a seguir. En primer lugar, decidimos que se referirían a lo que el Señor estaba haciendo en sus vidas, espiritualmente hablando en vez de discutir qué iglesia era poseedora de la verdad. La idea era hacerlos dudar demostrando que uno puede ser verdadero cristiano sin formar parte de esa congregación a que pertenecían. En segundo lugar, convinimos en que renovarían la relación con estos amigos y mostrarían un amor genuino por sus almas. El objetivo era reabrir la puerta para diálogos significativos en el futuro. Esperando la ayuda de Dios, siguieron orando y viajaron una vez más para el encuentro.
Después de aquel fin de semana, cuando estaban a punto de volver a casa, Esteban llamó aparte a Joel y le preguntó si estaría bien que le hiciera algunas preguntas pues tenía dudas sobre ciertas prácticas y doctrinas de su iglesia. ¡Habíamos logrado el objetivo!
Mi hijo y nuera intensificaron su oración por esta joven pareja. Varios meses más tarde Esteban los llamó por teléfono con una larga lista de preguntas que pensaba hacer a su pastor y quería que Joel revisara cada una para tener la seguridad de mantenerse centrado en los puntos principales. Como es común en estos casos, la esposa de Esteban no estaba convencida de que debieran causar tanto ?escándalo?. A ella no le importaba tanto la doctrina ni la práctica de la iglesia sino más bien no perder las amistades que había entablado en la congregación.
Las tres parejas decidieron reunirse una vez más y pasar un fin de semana hablando y orando. Joel les entregó el testimonio que he reproducido en capítulo 11, juntamente con otro material. Además yo les advertí a Joel y Cristina que el pastor los iba a estigmatizar a sus amigos como ?divisores? empleando como base las palabras de Pablo en Tito 3:10. Al mismo tiempo les aseguré que ir directamente al pastor con sus dudas y preguntas no causaría ninguna división. Es lo correcto, lo bíblico. Ser divisivo sería propagar los desacuerdos en la congregación y comenzar a agrupar gente que los apoyara (cosa que Esteban no había ...