... y pronto desaparecen. Por otro lado, me asombran los que son fieles para ministrar la Palabra de Dios hasta el fin de sus vidas. Puede que tengan una congregación pequeña y sean desconocidos, pero son fieles y cumplen su llamamiento.
La verdadera marca de un siervo excelente de Jesucristo es que cumple su llamamiento hasta el fin.
10. Absorbido en su obra
Pablo escribió, «Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas» (v. 15). La palabra griega traducida «ocúpate» (meletao) nos da la idea de pensar de antemano, planear, premeditar. Cuando un ministro no está haciendo el trabajo del ministerio, debe estar planeándolo.
«Permanece en ellas» literalmente significa «está en ellas» en el texto griego. Para ser un ministro no es necesario ser un gran hombre, pero requiere todo el hombre.
Un ministro no puede tener dos objetivos principales. Pablo le dijo a Timoteo que sea diligente «a tiempo y fuera de tiempo» (2 Ti. 4:2). Este es un término militar. Significa permanecer en su puesto, estar de guardia. Un siervo de Dios nunca está fuera de su puesto. Siempre está de guardia.
11. Progresa en su crecimiento espiritual
«... para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos» (v. 15) sugiere que el progreso espiritual de Timoteo sería evidente a todos. Esto implica que todavía no era perfecto. Un ministro no debe tratar de convencer a su gente de que no tiene fallas. Por el contrario, debe permitirles ver su crecimiento. La gente tiene que ver nuestra honestidad y humildad.
En términos humanos, nadie cumple con todos los requisitos del ministerio. Sin embargo, cuando nos sometemos al Espíritu de Dios y dependemos de Él para que logre lo que nunca podríamos hacer nosotros mismos, Su poder obrará a través de nosotros.
Pablo concluye diciendo, «Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen» (1 Ti. 4:16). Timoteo debía concentrarse en dos cosas: su conducta y su enseñanza. Estas dos cosas son la esencia del ministerio. Las once cualidades que hemos visto en este pasaje pueden ser resumidas en esos dos mandatos.
Pablo le aseguró a Timoteo que continuar en la santidad personal y la enseñanza correcta le llevaría por el camino inevitable de salvación final gloriosa: «pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen» (v. 16). Su perseverancia sería la prueba de que su fe era verdadera.
Si perseveramos en la piedad y la verdad, nuestras ...