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El consejero bíblico


Consejos prácticos para los que no tienen empleo / Continuación

... tristeza y de dolor innecesario.

Un hombre construyó un estilo de vida acomodado para él y para su familia trabajando un territorio de ventas rentable de tres provincias. Era dueño de varios automóviles de lujo y de un avión privado. Al tiempo comenzó a considerar el territorio como de su propiedad y a ser negligente con su trabajo. Su esposa le advertía: «Te estás volviendo descuidado, no le estás dando seguimiento a las llamadas». Pero él no le hacía caso.

Un día la compañía se vendió y el nuevo supervisor del hombre lo citó en el aeropuerto para una reunión de veinte minutos mientras esperaba su siguiente vuelo. «Estás acabado», le dijo sin ceremonias. «No hay lugar a protestas. No has cumplido con las expectativas, ni has ampliado tu territorio y tus ventas tampoco subieron. Terminaste y ya le di tu trabajo a otro.»

El hombre se amargó tanto por su despido y se volvió tan melancólico que su esposa temía que se quitara la vida. Se rehusó a buscar trabajo y comenzó a gastar las reservas y las inversiones. Su esposa tomó un trabajo de baja remuneración y finalmente él comenzó a trabajar como administrador de una pequeña organización. Su espíritu amargado y enojado aun se dejaba entrever y una nube negra lo seguía a todas partes. De nuevo se volvió descuidado en este trabajo y también lo despidieron.

El segundo despido lo amargó tanto que se alejó de la iglesia y prácticamente se olvidó de Dios y del cristianismo. En vez de aprender una lección, humillarse y decir: «Señor, ¿qué estás tratando de enseñarme?» se enojó, y la amargura saltaba de su boca. Antiguos amigos ya no querían hablarle; de todos modos no los escuchaba.

Este hombre se rehusó a descubrir y a aplicar los principios de Dios. En veinte años no aprendió nada y en realidad retrocedió. Es una lección sobre lo negativo que ilustra lo que puede suceder si elegimos ser tercos.

5. Pasa tiempo con tu familia.

Siempre nos quejamos de no tener suficiente tiempo para la familia. El período de desempleo es una etapa única que quizá nunca vuelva a suceder. El el momento de hacer con la familia todo lo que has anhelado hacer pero por factor tiempo no has cumplido. Sugiero que pases por lo menos dos horas con tu querida esposa y tus hijos.

Para animarte dejame citar Deuteronomio 6:4-8: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. ...

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