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El consejero bíblico


La raíz y el manejo de conflictos en la iglesia / Continuación

... esta sabiduría es carente de hipocresía. Es sincera, genuina, real y sin engaño porque proviene de Dios. Aquí termina el contraste entre los dos tipos de sabiduría.
Santiago concluye su argumento en este pasaje con lo que parece ser un proverbio popular de su tiempo: Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz (3:18). La sabiduría de lo alto se distingue por los buenos frutos que produce, como el Señor Jesús enseñó: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt. 7:20). A esto se refiere el escritor cuando habla aquí del fruto de justicia. Esta expresión ?fruto de justicia? puede significar tanto que la justicia es el fruto, como que este fruto es producido por la justicia. Cuando dice que el fruto se siembra, el apóstol quiere decir que ese fruto es producto de una siembra, siendo la justicia tanto la semilla que se siembra como el fruto que se recoge, pues "todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gá. 6:7).
Está justicia no puede ser sembrada donde haya celos ni ambición egoísta o rivalidades, ni donde exista anarquía, desorden e hipocresía. La única forma de actuar con justicia y de dar frutos de justicia es sembrar estos frutos en paz, lo que será posible solamente para aquellos que por medio de la sabiduría de lo alto, hacen la paz.
En resumen, esta sabiduría produce una conducta con buenos frutos, frutos de justicia. Los frutos darán evidencia de qué clase de sabiduría tiene la persona. Los conflictos en la iglesia nacen de las pasiones pecaminosas de sus miembros, y estas a su vez, son producidas por la clase sabiduría que hayamos adoptado.
Eduquemos a la iglesia y a nosotros mismos para vivir en base a la sabiduría que produce una conducta cristiana abundante en buenas obras y frutos de justicia. Así y solo así podremos reducir nuestros conflictos, manejarlos adecuadamente y a la postre obtener de ellos beneficio.