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El consejero bíblico


La consejería prematrimonial / Continuación

... toque su cuerpo. El mismo principio funciona en la consejería. Si la pareja toma tiempo para pensar bien las cosas, viéndolas a través del filtro del consejero, con la ayuda y orientación que éste puede dar, el matrimonio se fortalecerá para un futuro sólido.

Debemos recordar que la preparación básica para el matrimonio principia desde que el individuo es un niño pequeño. Si los padres tienen un matrimonio bien ajustado y sólido, los hijos aprenderán actitudes y conductas que les ayudarán y les equiparán a tener ellos mismos un matrimonio feliz.

No importa qué trasfondo tenga el individuo, la decisión de casarse es una decisión de consecuencias monumentales. La mayoría de las parejas llegan al día de su boda con sentimientos mixtos de un entusiasmo inexplicable y algo de miedo interno. Al ayudar a las parejas en este tiempo crítico de sus vidas, el consejero tiene la oportunidad de hacer una contribución significativa al éxito futuro de esos matrimonios.

Después de la Iglesia, el matrimonio es la institución más importante a la que una persona puede pertenecer. Es una lástima que la sociedad en general no le dé la importancia debida a esta relación, ya que Dios la considera tan importante que El mismo la estableció como la relación más íntima, sólida y permanente en la convivencia humana. Si la relación del hombre con su esposa está enfermiza, va a crear serios problemas en la relación del hombre con su Dios.

Hay sectores de la iglesia evangélica latinoamericana que tienen mucho problema en aceptar cualquier tipo de consejería para sus feligreses. Piensan que al usar técnicas psicológicas, están permitiendo la introducción de enseñanza errónea ya que predicamos que «Jesús es la respuesta a todo conflicto y situación y todo lo que necesitamos hacer es confiar en Él, orar más y todo saldrá bien». Otros contienden: «Dios no nos ha llamado a entender nuestros sentimientos. El sólo desea que conozcamos Su voluntad».

Otros argumentan que la respuesta a nuestros problemas personales y maritales es conocernos a nosotros mismos y saber cómo manejar nuestros sentimientos y emociones. Y preguntan, ¿cómo vamos a conocernos si no hay quién nos oriente a pasar tiempo pensando en nosotros mismos?

Nuestro afán en esta columna es orientar al pastor, líder y consejero (hombre o mujer) Biblia en mano para mejorar su consejería prematrimonial y ayudar, con sugerencias funcionales, a fortalecer a futuros matrimonios ...

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