... de Dios. Cuando se abren las Escrituras enteramente, las personas aconsejadas no pueden excusarse encogiéndose de hombros y decir: «Pero eso es sólo lo que piensa el consejero». Si éste se echa atrás para evitar un mandato bíblico, lo hace a sabiendas.
Las metas de un intérprete
Siendo que la idea es comprender los pensamientos e intentos del Espíritu Santo expresados por los escritos inspirados de hombres escogidos, las metas del intérprete debieran ser tres: 1) Ni quitar ni agregar de los pensamientos e intentos del Espíritu Santo sino 2) reproducirlos exactamente en palabras que sean completamente comprendidas 3) por el intérprete y por aquéllos a quienes él aconseja. Este es un requisito de verdadera consejería bíblica.
¿Por qué es esto importante? Debido a lo que Dios dice que hace un verdadero consejero. En Isaías 40:13-14, durante el curso de su argumento, Isaías hace una lista de las cosas que hace normalmente un consejero; cosas que un consejero, por lo tanto, no precisa hacer para Dios. Isaías dice que normalmente un consejero dirige a las personas. Segundo, informa a las personas. Tercero, da comprensión o discernimiento a las personas. Cuarto, enseña a las personas. Luego, en Isaías 41:28, agrega que un consejero da respuestas a las personas. Por lo tanto un consejero dirige, informa, da comprensión, enseña, y da respuestas a las preguntas de las personas. Si usted va a hacer esas cosas bíblicamente, precisa saber cómo interpretar el libro.
Tomado de Journal of Biblical Counseling, usado con permiso