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El consejero bíblico


LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO / Continuación

... Medio Oriente, un habitante tradicional que usa vestiduras largas no corre en público. Tal acto se considera sumamente humillante. Este padre corre. El muchacho queda totalmente soprendido. Abrumado, sólo puede pronunciar la primera parte de su preparado discurso, el cual adquiere ahora un nuevo significado. El muchacho declara que ha pecado y que no es digno de ser llamado hijo. Admite (al omitir la tercera frase) que carece de una idea brillante para restablecer la relación con su padre. Ya no está «trabajando» a su padre para sacarle más provecho. El padre no «interrumpe» a su hijo menor, sino que el hijo pródigo cambia de opinión y en un instante de arrepentimiento genuino, acepta ser hallado.

9. Cristología. Cuando el padre se compadece y corre en busca de su hijo para reconciliarse, se convierte en un símbolo de Dios en Cristo. Los fariseos murmuran: «Este recibe a los pecadores y come con ellos». Jesús les contesta con esta historia, la cual de hecho afirma: «Efectivamente, yo como con pecadores. Pero es mucho peor de lo que ustedes imaginan. No sólo como con ellos, sino que corro por el camino, los colmo de besos y los traigo de regreso para poder comer con ellos». Es evidente que Jesús está hablando de sí mismo. Al final de la historia, el padre hace lo mismo que Jesús.

10. El significado del banquete. El banquete tiene tres interpretaciones en esta parábola. La primera la brinda el padre; la segunda, el muchchito que andaba por el patio de la casa; y la tercera, el hijo mayor. Las dos primeras armonizan entre sí; la tercera difiere en gran medida con las dos primeras. Los lectores contemporáneos suelen recordar solamente la tercera interpretación. Sin embargo, es necesario examinar las tres.
Una vez asegurada la reconciliación, el padre ordena un banquete. Dice: «Comamos y regocijémonos, [y ahora viene la causa] porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado». (v.v. 23,24). Entonces ¿quién lo encontró? Fue el padre. ¿Dónde lo encontró? A la entrada del pueblo. Así que, según la percepción del padre, el hijo pródigo todavía estaba muerto y perdido a la entrada del pueblo. Así como el pastor se vio obligado a salir y pagar un alto precio para encontrar su oveja, y la mujer piadosa buscó con diligencia hasta encontrar su moneda, así también el padre se compadeció y salió, en una valiosa muestra de amor inesperado, a encontrar y a resucitar a su hijo. El banquete celebra el triunfo ...

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