... sólo en aspectos teológicos sino en todas las relaciones. Cuando usted es parte de una discusión; cuando hay diferencia de opinión con un amigo, con el cónyuge, con un empleado o con un compañero de trabajo, es positivo estar dispuesto a decir y a admitir la posibilidad de que tal vez estemos en un error. ¿Por qué? Porque sabe cuáles son las limitaciones de su propia lógica en determinado tema, y porque reconoce la tendencia humana que tenemos a engañarnos a nosotros mismos.
Para estar dispuesto a aprender, a ser enseñable, necesitamos seguir estudiando, aferrarnos a nuestras convicciones de manera proporcional a la solidez de las ideas y a la investigación y el estudio que pueden apoyar esas convicciones. Debemos estar dispuesto a decir: «Podría estar equivocado, pero éstas son las razones por las que creo en esto. Si estoy en un error, díganme por qué».
En resumen, entonces, ¿cuál es el tipo de persona que podría convertirse en un chiflado espiritual? 1) La gente que está buscando soluciones rápidas en vez de conocer y aplicar las cosas básicas. 2) La gente que se siente atraída hacia lo nóvel ya que demuestra no conocer nada de la historia del pensamiento cristiano. 3) La gente que no es «enseñable», que se ha calcificado y encajonado en una manera de pensar, gente que no cambiará de parecer, que no está dispuesta a considerar la importancia de ser flexible, gente que no puede integrar nueva información o no puede procesarla correctamente. Este tipo de personas son vulnerables y pueden convertirse en marcianos espirituales.
Gregorio Koukl es presidente de Stand to Reason (Ser lógico), una organización dedicada a mostrar que vale la pena pensar en el cristianismo. Tomado de la revista Plain Truth, usado con permiso.