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El consejero bíblico


La humildad en el uso de la BIblia / Continuación

... claves. De esta forma se intenta expresar lo esencial de la fe cristiana dentro de un marco que se ajusta a las limitaciones de la mente humana. Hay que reconocer humildemente que los sistemas teológicos son de procedencia puramente humana. Reconozcamos también que tienden a veces a asumir una autoridad mayor que la de la Biblia.

Hasta es posible que la adhesión a un sistema teológico inutilice nuestro estudio de la Biblia. Podemos estar tan cautivados por el sistema que éste viene a ser como un filtro por el cual tiene que pasar todo lo leído en las Escrituras.

¿Qué ha pasado? Inconscientemente hemos contraído el hábito de buscar únicamente nuevos aspectos del sistema. Y cuando escuchamos una exposición de la Palabra de Dios, tenemos en la mente una «lista de control» para comprobar si el expositor se desvía de la «verdad». Con esta mentalidad ya no somos capaces ni de escuchar ni de estudiar con la mente abierta.

Nunca escaparemos de sistemas. Pero los sistemas fallan. Debemos reconocer, en un espíritu de humildad, que ningún sistema teológico es infalible. Solo la Biblia es infalible.

c) Pasajes difíciles

Nadie negará que hay pasajes difíciles en las Escrituras. Estos son de dos tipos. Algunos pasajes contienen dificultades de interpretación. Luchamos por entenderlos. Otros pasajes nos parecen difíciles no por plantear problemas de comprensión sino por perturbarnos intelectual y emocionalmente. Entendemos perfectamente qué dicen; pero nos cuesta aceptar lo enseñado en ellos.

Los pasajes del primer tipo dan lugar de vez en cuando a conflictos entre creyentes. Estos conflictos surgen como consecuencia de diferencias de parecer sobre el significado del texto bíblico. Rara vez tocan las doctrinas fundamentales de la fe. Sino casi siempre tienen que ver con asuntos de importancia secundaria.

En la carta a los Romanos se encuentra un pasaje conflictivo muy conocido. La polémica gira en gran parte en torno a la frase «todo Israel será salvo» (Ro. 11:26). Esta frase siempre se ha interpretado de diversas maneras. ¿Quién tiene razón? No puede haber más de una interpretación correcta. Lo único que podemos hacer en esta situación es pesar los argumentos con honradez y sacar nuestras propias conclusiones. Pero conviene que esas conclusiones se mantengan con mansedumbre. La humildad excluye el dogmatismo con pasajes difíciles y el cisma que puede producirse a base de divergencias de opinión sobre asuntos ...

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