... los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda? (Apocalipsis 21:6-8).
Somos llamados a creerle a Dios y a ser valientes. No hay lugar para la cobardía ni para la incredulidad en el pueblo de Dios.
Frente al horno de fuego se pone a prueba si le creemos a Dios o no.
No somos lo que predicamos, no somos lo que parecemos, somos lo que somos en la hora de la prueba.
Los jóvenes compañeros de Daniel exhibieron valientemente su fe en El Señor y renunciaron a todo camino más liviano, dejaron excusas y argumentos y simplemente obedecieron.
Entendían que ?de hacer el mal no puede surgir bien? (Romanos 3:8).
Entendían que cualquier forma de idolatría no es un tema liviano, no es una cuestión menor. La palabra de Dios dice que lo que los gentiles sacrifican a los ídolos a los demonios se lo sacrifican y no a Dios (1Corintios 10:20).
Cuando ellos le dijeron el rey ?no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua?, éste se llenó de ira e hizo calentar el horno siete veces mas que lo habitual, un fuego impetuoso (Hebreos 11) y ordenó que Sadrac, Mesac y Abed Nego atados por completo fueran echados en el horno de fuego ardiente.
Por el calor del horno y la urgencia de cumplir la tarea, debido a la ira del Rey, el fuego mató a quienes habían alzado a los muchachos para tirarlos dentro del horno.
Los muchachos cayeron atados dentro del horno, fieles, menospreciando sus vidas hasta la muerte.
Cuando el rey Nabucodonosor (el mismo que había dicho ¿qué dios podrá librarlos?) miró dentro del horno, vio dos cosas que lo sobrecogieron:
a) Aunque habían echado a tres hombres, él ahora veía cuatro.
b) Los que habían sido echados atados estaban ahora en medio del fuego, sueltos y sin sufrir ningún
daño.
Hay lecciones maravillosas, de parte de Dios en todo este suceso: mientras Satanás buscaba destruir a estos muchachos fieles, la prueba solo destruyó lo inservible, las ataduras, mientras que ellos se paseaban sin daño alguno y notemos algo tremendo: ya no estaban solos.
¿Quién es el cuarto en el horno?
En la hora de la prueba, en el horno de fuego allí está Cristo Jesús, el Hijo de Dios.
El Señor está con sus hijos aún en la hora mas dura, trastornando los planes del enemigo.
Nuestro Dios ...