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El consejero bíblico


La idoneidad de las Escrituras / Continuación

... falta de resolución de los grandes problemas de nuestra vida no se debe a lo inadecuado de la Palabra de Dios, sino a la falta de correcta aplicación de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene que ser estudiada; tiene que ser estudiada correctamente; tienen que ser obedecida.
El beneficio es que son todos justos. Los juicios por su verdad constituyen la doctrina y por su justicia son el fundamento de la vida. De manera que la Biblia hace más que simplemente enseñar una verdad abstracta; ofrece además un impulso a la vida.

Tres personas o la Biblia
Por lo tanto, si conforme a este salmo la Biblia convierte el alma, es capaz de hacer sabio al sencillo, alegra el corazón, alumbra los ojos, es una verdad que permanece para siempre, es verdad y todos sus términos son justos, se desprende de que debiera ser entonces la fuente de todo lo que necesitamos espiritualmente. Sin embargo, el ser humano hoy busca la Biblia y otra cosa: la Biblia y la tradición; la Biblia y las emociones o las experiencias; la Biblia y las profecías; la Biblia y la sicología. En las Escrituras Dios nos ha dado la expresión de su voluntad eterna, y en la Escritura establece toda las verdades necesarias para nuestra vida espiritual. Cuando estas verdades tienen la energía y el poder del Espíritu Santo de Dios, producen completa idoneidad y suficiencia de manera que no necesitamos ninguna otra cosa más.
En ciertos círculos cristianos se ha popularizado el concepto de que si tres personas reciben la misma visión, esto tiene tanta autoridad como la Palabra de Dios en sí. Sin embargo, Ap. 22:18,19 nos recuerda: «Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro». En la Biblia tenemos todas las cosas que necesitamos para «la vida y la piedad» (2 P. 1:3).
Tristemente vemos que en nuestros días la idoneidad y la suficiencia de este libro divino están en tela de juicio. Los hombres están abandonando la Biblia --inclusive los cristianos-- y están recurriendo a un sinfín de otras cosas. ¡La Palabra de Dios es suficiente para todo lo que necesitamos!
El mundo desesperadamente está buscando algo perfecto, fiel, recto, puro, limpio, verdad, y justo. ...

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