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9. Comienza un nuevo negocio.
Si pasas dos horas de rodillas con Dios y cuatro más con ahínco para ayudar a otros, te recomiendo que también pases otras cuatro horas por día buscando trabajo o planeando un nuevo negocio.
Hazte una evaluación sincera. ¿Qué tipo de retiro necesitas? ¿En qué eres bueno? ¿Qué es lo que te gusta? ¿Qué necesidades sin cubrir ves a tu alrededor? ¿Con quién puedes hablar que te dé ideas creativas?
Si me hallara sin trabajo, estoy muy seguro de que reuniría dos o tres personas más y les diría: «Comencemos algo nuevo. ¿Qué recursos tenemos? ¿Qué necesita la gente? ¿Cómo podemos suplir esa necesidad?» Adelante. Tú también puedes hacerlo.
10. Planta algo y cultívalo.
Si tienes una parcela de tierra, no importa cuán pequeña sea, planta algo: ya sean tomates, lechuga, papa, frijoles, etc. Si no tienes un pedazo de tierra pídelo prestado. Muchas personas estarían dispuestas a permitirte usar una parcela si tan solo le explicas tus motivos. Diles: «Mire, estoy sin trabajo. Quiero plantar algunos vegetales. ¿Podría usar una esquina de su parcela?»
En Suiza, el país más rico del mundo en ingresos per capita, prácticamente cada pedazo de tierra que no está reservado para caminar o para la vida silvestre está cultivado. En todos lados se ven pequeñas parcelas de seis por seis en las que alguien ha sembrado algo. La mayoría de los suizos no lo necesitan (tienen más dinero para guardar que nadie en el mundo) pero si los ricos pueden hacerlo, ¿por qué los pobres no? Busca una parcela abierta y cultiva algo. Y en poco tiempo no solo tendrás algo para comer sino la satisfacción que solo conocen los granjeros.
11. Ni se te ocurra ir de bar en bar ni apostar ni salir de parranda.
En Belfast, Irlanda, muchos años atrás estaba visitando la casa de una señora cuyo esposo y su hijo estaban sin trabajo. Cuando el padre apareció, lo saludé y hablamos un rato. Se quejaba de que tenía que vivir de la pensión de desempleo y refunfuñaba que el estipendio del gobierno era muy poco para su familia. Luego desapareció. Al poco rato volvió vestido de punta en blanco.
?Hasta luego ?saludó.
?¿Adónde vas? ?le pregunté.
?Me voy al hipódromo ?respondió. ¡Lo poco que tenía lo iba a gastar en los caballos!
Mucha gente hace eso. En vez invertir su dinero en forma creativa, lo malgastan en apuestas. Otros van a los bares y se sientan allí durante ...