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El consejero bíblico


La fórmula bíblica para el discernimiento / Continuación

... creciendo
La madurez espiritual es el proceso de aprender a discernir. El crecimiento en la gracia es un proceso continuo en esta vida terrenal. Ningún cristiano alcanza la madurez completa en esta tierra (1 Corintios13:12). Debemos continuamente «crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (2 Pedro 3:18).
A medida que maduramos, nuestros sentidos se ejercitan en la habilidad de discernir entre el bien y el mal (Hebreos 5:14). Cuando dejamos de ser niños, nos volvemos más estables (Efesios 4:14-15). Las personas maduras son personas con discernimiento.
Sabemos esto basándonos en el mundo natural. La responsabilidad más importante de los padres es enseñarles a los hijos a tener discernimiento. Lo hacemos continuamente, aún cuando nuestros hijos son adolescentes. Les ayudamos a pensar sobre diferentes asuntos, comprender lo que es sabio y lo que es necio, les alentamos a tomar las decisiones correctas. De hecho, el objetivo de un padre es criar un hijo con discernimiento. No pasa de la noche a la mañana, y no sucede sin enseñanza diligente de por vida.
Lo mismo es cierto en la vida espiritual. No oramos por discernimiento y nos despertamos con toda sabiduría. Es un proceso en el cual crecemos.
Continúe en el camino de la madurez. A veces hay sufrimientos y pruebas (Santiago 1:2-4, 1 Pedro 5:10). Muchas veces es necesario el castigo divino (Hebreos 12:11). Siempre requiere disciplina personal (1 Timoteo 4:7-8). Pero la recompensa es rica:
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría,
Y que obtiene la inteligencia;
Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
Y sus frutos más que el oro fino.
Más preciosa es que las piedras preciosas;
Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
Largura de días está en su mano derecha;
En su izquierda, riquezas y honra.
Sus caminos son caminos deleitosos,
Y todas sus veredas paz.
Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano,
Y bienaventurados son los que la retienen.
...
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos;
Guarda la ley y el consejo,
Y serán vida a tu alma,
Y gracia a tu cuello.
Entonces andarás por tu camino confiadamente,
Y tu pie no tropezará.
(Proverbios 3:13-18, 21-23)

John F. MacArthur hijo, tomado de su libro Reckless Faith, capítulo 3. Crossway Books,Wheaton IL © (Good News Publishers). Usado con permiso.