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El consejero bíblico


La historia de la guerra entre Dios y Satanás parte 1 / Continuación

... hombre pasó a tener un destello de divinidad en él; no hubo caída del hombre o culpa heredada; el hombre fue visto como esencialmente bueno.

Desapareció la clara distinción entre la iglesia y el mundo, no estimándose necesaria la iglesia organizada. Rechazó el concepto del castigo eterno y se destacó la realización ahora y no en el futuro. Y ya que Dios está en todo, puede ser conocido en toda y cualquier experiencia. En lo que a Cristo se refiere, fue apenas un hombre, pasible a error; pero que elevó a la humanidad al máximo permitiendo Dios ser supremamente inmanente en El; no fue el Redentor pintado por Pablo, sino el Gran Profesor de ética; la conversión se tornó innecesaria. Ya que todos nacen con Dios dentro de sí, la conversión equivalía a enseñarle a un niño a comportarse como Cristo.

En conclusión, ya que Dios es inmanente en cada ser humano, la mayor fuente de autoridad (en cuanto a fe y práctica) es la razón, la conciencia y la intuición de cada uno. No hay autoridad para mí a menos que sea personalmente relevante.

Se anularon, por lo tanto, los absolutos de la fe y de la práctica delante de los cuales todos somos responsables.

A pesar de las injusticias sociales que creó el Comercio, junto con los progresos de la ciencia, el concepto del progreso evolutivo y la idea del perfeccionamiento del hombre (venida del Protestantismo Liberal), todo esto patrocinó una onda de optimismo, lo que generó la creencia de que una transformación de la sociedad era posible. La predicación se tornó tan enfática hacia el cambio social que pasó a ser conocida con el nombre de "Evangelio Social". Los liberales comenzaron a predicar que la primera preocupación de la iglesia debía ser con este mundo, el énfasis en la salvación del individuo cambió para ser la salvación de la sociedad (lo contrario a lo que sucedió con la Reforma, pues la Iglesia Romana hablaba de la salvación colectiva). La reconstrucción de ese orden social sería posible conforme a las enseñanzas éticas de Jesús. En términos de teología, la inmanencia de Dios fue la base para la unidad social: Dios es inmanente en todos, es Padre de todos y todos somos hermanos. La obra redentora de Cristo pasó a ser vista como una batalla contra la hipocresía y el fraude religiosos, contra el poder político, contra la injusticia, contra el militarismo y contra el desdén clasista, todo bien presente en aquella época.

Satanás consiguió, de este modo, pervertir el verdadero ...

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