... «como Dios» (Gn. 3:5). La soberbia ?esa manifestación tan difundida del egocentrismo? no quiere morir.
Pero hemos de hacer morir lo terrenal en nosotros (Col. 3:5). Debemos matar la soberbia, sobre todo en cuanto a nuestro uso de la Palabra de Dios. Nunca olvidemos que «Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes» (Stg. 4:6).