Artículos

El consejero bíblico


Diez características distintivas de la Biblia / Continuación

... Por tanto hay que aplicar la tercera característica de la Biblia: es histórica. ¿Cuál era la situación histórica en aquel entonces?

Poco antes del año 700 los asirios amenazaban con invadir el país. El pueblo de Judá acudió a Egipto a pedir ayuda en vez de buscar a Dios (30:1-2).

Esta reacción infiel se explica por la situación interna de la nación. «Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; que dicen a? los profetas: No nos profeticéis lo recto?; dejad el camino,? quitad de nuestra presencia al Santo de Israel» (30:9-11).

El mensaje de los profetas se rechazaba, y los profetas mismos se habían escondido. Efectivamente los «maestros» habían sido quitados (30:20). Por consiguiente, el pueblo estaba en un vacío espiritual. No obstante, aunque el pueblo había hecho callar la voz profética, Dios en su misericordia intervendría (30:19-20).

Muchas secciones de la profecía de Isaías consisten en poesía hebrea; y aun en las porciones de prosa se usan imágenes que se pueden calificar de poéticas. Este es un factor humano que debemos tener presente. El lenguaje poético no se ha de interpretar de una manera literalista.

¿Qué quiere decir Isaías con la frase «Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra?»? Se trata de una imagen agrícola. Para comprenderla, hay que pensar en bueyes u otros animales que oyen «a sus espaldas» una voz humana que los dirige. Aplicación: al arrepentirse el pueblo, volverá a escuchar a sus «maestros» los profetas (30:20) y serán tan obedientes como animales guiados (30:22).

Este énfasis en la obediencia llama la atención sobre el contenido doctrinal del texto. Es evidente que Isaías 30:21 enseña un aspecto muy importante de la doctrina de la santificación. El fundamento de una vida santa es la obediencia a la ley de Dios.

Además, el pueblo de Dios ha de responder a la gracia divina separándose del mundo y confiando plenamente en el Señor. Pero los habitantes de Judá, al suprimir el ministerio docente de los profetas y recurrir a los egipcios, no manifestaban ni obediencia ni confianza en Dios.

Si queremos hacer justicia a Isaías 30, tenemos que considerar en un marco más amplio la situación que se describe en este capítulo. Hay que mirar hada atrás y, sobre todo, hacía adelante para ver la culminación escatológica de lo acontecido en tiempos de Isaías.

En el desarrollo de la historia redentora, ...

Continuar leyendo