... o emocionales que perjudicarán su vida matrimonial.
Pero no sólo los adolescentes corren peligro de entrar prematuramente en las relaciones sexuales, sino también los jóvenes adultos que están más cerca del matrimonio sufren grandes tentaciones. Por ello deben seguir las mismas reglas que los adolescentes y observar la siguiente con mucha sabiduría: El noviazgo no es un tiempo de diversión sino una etapa importante de preparación. Por supuesto que debe existir diversión y compañerismo, pero la meta más importante es la evaluación y el conocimiento de la persona con quien planifica compartir su vida.
Ninguna pareja está libre del peligro de una relación matrimonial enferma.
Nuestro más serio problema es la inevitable naturaleza pecaminosa que a pesar de nuestras buenas intenciones, siempre nos mete en serias tentaciones. Pero los riesgos se reducen cada vez más cuando la pareja se prepara mucho mejor y tienen un compromiso de mantener la pureza.
Prepárese para el matrimonio evaluándose personalmente.
Nadie puede evaluarlo mejor que usted mismo. Hágase las preguntas más difíciles. ¿Por que quiero casarme? ¿Estoy huyendo de alguna situación o lo he decidido con una seria planificación? ¿Por qué he elegido esta persona? ¿Cumple ella o el los requisitos bíblicos para un matrimonio cristiano saludable? ¿Estoy preparado física, emocional y espiritualmente para establecer un compromiso para toda la vida? ¿Estoy buscando la persona apropiada o he determinado ser la persona adecuada?
Prepárese para el matrimonio conociéndose mutua e integralmente.
Mientras más superficial es el conocimiento que tenemos de los gustos, metas, deseos, formación, carácter de la persona elegida, mas frágil y superficial será nuestra relación matrimonial. Nos conocemos integralmente cuando no sólo nos fijamos en el físico de la persona sino cuando compartimos nuestra vida espiritual y emocional. En el área espiritual los novios deben conocerse profundamente. ¿Tienen la misma fe? ¿Aman a Dios y están dispuestos a que El y no uno de ustedes sea el Señor de su matrimonio? ¿Están dispuestos a que los principios bíblicos y no la formación cultural o familiar sea su única regla de fe y conducta matrimonial?
Emocionalmente pueden conocerse al compartir sus temores, virtudes y defectos. Pueden compartir las experiencias traumáticas que vivieron y los efectos que notan en el presente. Deben conocer su carácter, la forma como manejan la ira, reconocer si ...