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El consejero bíblico


La fórmula bíblica para el discernimiento / Continuación

... del Nuevo Testamento (2 Tesalonicenses 2:5).
Pablo afirma que la Biblia es el único criterio confiable por medio del cual los creyentes actuales pueden evaluar cualquier mensaje que afirma ser verdad de Dios.
Retened lo bueno
El discernimiento al cual nos llama Pablo requiere una respuesta activa de dos tipos. Primero hay una respuesta a lo que sea bueno: «Retened lo bueno» (1 Tesalonicenses 5:21, ver Romanos12:9). La expresión «retened» habla de proteger la verdad con celo. Pablo nos llama a tener el mismo cuidado que le exigió a Timoteo: «Oh, Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado» (1 Timoteo 6:20 ver 2 Timoteo 1:13-14). En otras palabras, somos protectores de la verdad y debemos protegerla contra todo peligro.
Describe una posición defensiva militar contra toda cosa que subvierta la verdad o de alguna manera la afecte con violencia. Debemos sostener la verdad con seguridad, defenderla con celo, preservarla de todo peligro
«Retener» también implica adoptar algo. Va más allá del consentimiento con «lo bueno» y habla de amar la verdad con todo el corazón. Los que verdaderamente disciernen están apasionadamente comprometidos con la sana doctrina, la verdad, y todo lo inspirado por Dios.
Pablo estaba alentando a los tesalonicenses a alimentar y cultivar su amor por la verdad. Quería que desarrollen un compromiso consciente con toda verdad, una fidelidad a la sana doctrina, un patrón de retener todo lo bueno.
Esto es lo opuesto a la fe atolondrada, sustituir la superstición, falsedad o la fe misma en lugar de la verdad. La fe atolondrada lleva a dos extremos: por un lado mira hacia adentro, confiando en los sentimientos, voces interiores, fantasía u otras sensaciones subjetivas. Por otro lado deposita su esperanza en alguna autoridad humana externa - las enseñanzas de algún líder supremo, la tradición o algún otro canon arbitrario.
Pablo no da lugar a una fe ciega, irracional que rechaza considerar la autenticidad de su objeto y simplemente acepta todo lo que dice ser verdad. Pablo elimina la «fe» guiada por los sentimientos, emociones, y la imaginación humana. En su lugar, debemos identificar «lo que es bueno» al examinar todo cuidadosamente, objetivamente, racionalmente, evaluando todo de acuerdo a las Escrituras.
Ningún maestro humano, ninguna experiencia personal, ningún sentimiento fuerte debe ser eximido de este examen. De hecho, si las palabras de los profetas en los tiempos apostólicos debían ser examinadas ...

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