... evitándonos serios peligros.
Festejar las respuestas a nuestras oraciones. Las oraciones al acostarse rutinariamente incluyen protección y bienestar al dormir. A veces oramos por cosas específicas que solamente Dios puede realizar. El año que agregamos dos hijas adoptivas a nuestra familia, necesitábamos desesperadamente un vehículo nuevo. Dios nos proveyó de un cheque grande e inesperado por intermedio de un pariente; cuando los niños regresaron a casa, se encontraron con un festín de masitas y gaseosas para su merienda.
Lo mismo ocurrió cuando anuncié que estaba esperando otra beba. Solamente uno de nuestros hijos estaba orando por un hermanito, pero esta bendición divina inesperada aún así fue celebrada.
Nuestros hijos ya saben ahora cuando sacamos a relucir la vajilla fina y masitas, que Dios ha hecho algo importante para nuestra familia.
Las respuestas asombrosas a nuestras oraciones merecen atención especial. Cuando celebramos alabamos a Dios unidos y nos aseguramos que nuestros hijos no se olviden de las bendiciones especiales que Dios derrama sobre nuestra familia.
Honrar las decisiones diarias. Todos queremos que nuestros hijos se desarrollen y sean adultos responsables y devotos ¿pero cómo perfila el proceso para llegar a esta meta? Tomemos tiempo para advertir las áreas específicas en que nuestros hijos pueden desarrollarse durante el mes próximo, orando específicamente para que Dios obre en esa área, y luego apoyémoslos cuando toman pasos en la dirección correcta.
El apoyo verbal o escrito de las buenas decisiones, las palabras amables y las respuestas honestas, le permiten al niño saber que vale la pena andar por el buen camino. El carácter crece como el roble y no como la maleza.
En toda circunstancia, demostremos con aplausos los pequeños y grandes pasos de fe de nuestros hijos.
Reneé Sanford es madre de 4 hijos, escritora y editora.