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El consejero bíblico


¿Quién tenía la razón, Pablo o Bernabé? / Continuación

... no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia. Para Pablo eso fue más de una ausencia o recreo era una deserción, una apostasía. En Hechos 13:13 Lucas señala que Marcos los abandonó, pero aquí se lo denomina deserción; para Pablo era algo grave, los dejó colgando.

El desacuerdo sobre Marcos era tan severo se separaron. La palabra en el griego original ha llegado al español intacto: paroxismo. Paroxismo significa exaltación extrema de las pasiones. Pablo y Bernabé sufrieron un paroxismo. Imaginemos que fue algo así: «Tu nunca aprendes Bernabé, tan ciego estás que no puedes ver que este joven, nos abandonará de nuevo. Este muchacho no encaja con la tarea, y sabes muy bien que tengo razón pero estás tan obstinado y porque él es tu primo que no quieres admitirlo».

Bernabé respondería: «Pablo, es extraño que no te quejaste sobre mi obstinación cuando te encontré solo, te saqué y te traje con los discípulos, eso te convenía, ¿Y ahora qué? ¿Hasta cuándo vas a guardar rencor contra él, señor soy lo que soy por la gracia de Dios?»

¿Le sorprende a usted que dos siervos del Señor hayan tenido una riña tan fuerte? ¿Alguna vez le ocurrió algo así? ¿Quién tenía la razón y quién no la tenía, Pablo o Bernabé? ¿Podemos culpar a Bernabé de querer darle otra oportunidad a Marcos, o a Pablo por no querer correr el riesgo de perder la misión? Tenemos a dos hombres buenos y piadosos, pero en desacuerdo; no discutían por cosas sencillas como de qué color pintar la guardería de los niños en la iglesia de Antioquía, tampoco era sobre doctrina; hablando de doctrina ellos unieron esfuerzos contra aquellos que se les oponían alegando que había que circuncidarse para ser salvo.

Es muy probable que lo que produjo este desacuerdo entre Pablo y Bernabé fue lo que tenían en común y no sus diferencias. Es decir en esta instancia, lo que tenían en común fue la gran falta de entregar sus buenos y piadosos deseos y pasiones al Espíritu Santo cuyo primer fruto es el amor, y el último el domino propio (Gá. 5:22?23). Los siguientes versículos son notables: «No nos hagamos vanagloriosas, provocándonos unos a otros?» (26). El mismo Pablo en 1 Co. 13 insiste que el amor no es paroxismo, no se irrita, no busca lo suyo propio (5). Les faltaba a los dos la humildad que proviene del amor. Otra vez el apóstol afirma: «Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en ...

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