... afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios" (1 Pedro 3:3-4).
Caprichos: Por último, todo lo que no sea una necesidad básica o un deseo, es simplemente un "gusto" o un "capricho". No está mal tenerlos. Todos nos damos un gusto de vez en cuando. Sin embargo, no deberíamos satisfacer un capricho hasta tanto nuestras necesidades estén apropiadamente satisfechas y tengamos el presupuesto necesario como para hacerlo. El pueblo de Dios sería mucho más grande si, como administradores de los bienes divinos, invirtiéramos menos en nuestros caprichos y más en las necesidades misioneras locales y foráneas. El apóstol Juan nos advierte: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. [...] Todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo" (1 Juan 3:3-4).
No sólo los adolescentes necesitan aprender estos principios. A veces creo que a nosotros, los mayores, no nos vendría mal darles una miradita de vez en cuando.
Andrés G. Panasiuk es licenciado en Ciencis de la Comunicación Social, con especialización en Comunicación Interpersonal y de Grupo. Es director para América Latina de Conceptos Financieros Cristianos. Vive en Gainesville, Georgia, con su esposa Rochelle y sus dos hijas: Gabriela y Danielle.
1997, Christian Financial Concepts, Inc. 0297