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El consejero bíblico


Violencia familiar / Continuación

... o las pasiones específicas que lo controlan.

2. Espere encontrar intrincados y sutiles patrones de autoengaño. El abusador a menudo siente lástima por él mismo: «Yo soy la verdadera víctima y la furia es tan sólo una reacción». Con frecuencia expresa la justa y buena opinión que tiene de sí mismo diciendo «En verdad yo no soy así», o bien «Sé que no debería hacer eso, pero?». A menudo exhiben una notable habilidad para dividir el corazón y vivir así una doble vida. Es posible que un hombre golpee a su esposa y luego, una hora después, se transforme y lidere (dirija) un estudio bíblico con toda serenidad.

3. Espere encontrar intrincados patrones de atracción engañosa. Las personas violentas (al igual que los depredadores sexuales) suelen ser seductores innatos. Se ganan a la gente, incluso restablecen la confianza de las mismas personas a las que maltrataron y traicionaron. Manipulan hábilmente a sus víctimas y a los que desean ayudar, empujándolos hacia un sentimiento de culpa y de responsabilidad: a los primeros, por lo sucedido y a los segundos, por no haber mejorado las cosas.

4. Espere encontrar versiones engañosas de «confesión y arrepentimiento». Es como si pudieran engañar a Dios, pero, por supuesto, sólo se engañan a sí mismos y a los demás. Parecería que usan las palabras evangélicas adecuadas o que expresan los sentimientos apropiados, pero su «arrepentimiento» no suele estar centrado en Dios. Por el contrario, sólo expresa el remordimiento por haber dañado su propia imagen o su reputación frente a los vecinos. En realidad, este «arrepentimiento» alimenta el propio orgullo y temor al hombre, que originan el pecado de la violencia en privado. Es común que las personas violentas hagan un mal uso de la gracia o bien no la entiendan correctamente. La gracia se transforma en algo «barato», y el supuesto arrepentimiento se convierte en una «carrera de obstáculos» que hay que sortear con el fin de aliviar la conciencia y recuperar el favor de los demás. Incluso se puede volver una herramienta del pecado, una solución rápida, a veces calculada, que barre los problemas bajo la alfombra. Puede ser que lloren, oren y prometan que nunca más volverá a suceder, sin que se produzca ninguno de los cambios fundamentales que implican el verdadero arrepentimiento y la fe en Cristo: la transformación de la mente y un giro de 180 grados que llevan a un cambio de vida.

5. Los golpeadores intimidan y manipulan a sus víctimas con ...

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