... es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria?. Si Cristo realmente vivía dentro de mí durante esos días oscuros, él era la esperanza que necesitaba de que un día toda esta confusión y pena terminaría y regresaría la gloria.
Tome un día -o si es necesario una hora- a la vez.
Esto no parecerá mucho, pero cuando uno lucha para seguir adelante, está agradecido por las pequeñas bendiciones. Aprendimos a dar gracias siempre que había un día sin una erupción.
A veces, hasta dividíamos el día en porciones más pequeñas. Si había paz durante el desayuno, nos regocijábamos. La hora del almuerzo o de la cena podían todavía ser una tortura, pero por lo menos habíamos pasado una comida del día de manera decente.
Hoy mi esposa y yo estamos agradecidos de que el tumulto de esa época sea cosa del pasado y que las comidas sin conflicto se hayan tornado en meses y años enteros de buena voluntad. No hace mucho, mi hija me regaló una copia de la autobiografía del General Norman Schwarzkopf It doesn? t take a hero (?No es necesario ser héroe?). En la primera página había escrito: ?No es necesario ser héroe para ser un gran padre. Eres un héroe para mí. Te quiero mucho?.
A veces recuerdo con tristeza que mi hija no haya tenido una adolescencia más normal y feliz; pero recientemente ella me contó la situación desde su punto de vista: ?Todo sucede por algún motivo. Dios nos llevó a ambos en un nivel de compasión que no teníamos antes. Me importa más la gente gracias a lo que pasé. No cambiaría mi pasado por nada en el mundo. En realidad estoy orgullosa de mí misma por haber luchado contra todo esto y haberlo transformado en algo bueno.?
¿Sabe una cosa? Esta hija obstinada mía tiene razón.