... a un amigo en México quien había perdido a su madre. Luis tenía abierta su Biblia en el Salmo 46 y con el permiso del amigo, se lo leyó. Nunca supe de alguien que se haya negado.
Muchas personas que sufren pérdidas o están en dificultades, con frecuencia quedan solos porque los que supuestamente deberían brindarles apoyo no saben qué decir. Cuando Luis y yo nos enteramos que nuestros amigos habían perdido un hijo, nuestro primer impulso fue de no molestarlos en su aflicción. Pero siendo cristianos, sabíamos que nuestro deber era brindarles nuestro apoyo. De modo que disqué su número de teléfono, respiré hondo y les comuniqué nuestra preocupación y que estábamos orando por ellos.
Más tarde, esa misma noche, les escribí una breve nota para expresarles nuestra preocupación y cariño. Me abstuve de ofrecerles consejo, porque los que están en situación de duelo no lo necesitan, simplemente necesitan nuestro amor, nuestro apoyo y oración. Luego en una tarjeta 3x5 anoté algunos versículos de la Biblia relativos a la presencia del Señor en los momentos de dificultad. Escribí los versículos en su totalidad, no solo las referencias. Los que enfrentan una pérdida están mental y físicamente exhaustos y sin ánimo para buscar versículos. Me gusta utilizar versículos tales como ¨Depositen en El toda ansiedad, porque El cuida de ustedes¨( 1 Pedro 5:7) y ¨Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo¨ (Mateo 28:20). Desde entonces he escrito muchas notas como éstas con la inclusión de versículos bíblicos para mis amigas que atraviesan momentos de dolor.
En los momentos de aflicción nos dirigimos a los que tienen una luz de confianza en los ojos que comunican que sí, Dios existe, y sí, a El le importa. Los que padecen sufrimiento poseen una sensibilidad especial para aquellos que manifiestan una relación vital con Dios.
Quiero estar rodeada con ésta clase de personas. No me importa si tienen preparación formal para los pacientes o para resolver situaciones de crisis. Lo que importa es si conocen a Dios personalmente y si están dispuestas a permitir que su confianza se derrame sobre mí, aunque no sepan con exactitud cómo me siento yo.
Nadie puede equivocarse por mucho al citar la Palabra de Dios. La Escritura es lo que Dios dice que es; viva y poderosa. Cuando sientas que el Espíritu suavemente te impulsa a brindar ayuda, hazlo! Brinda apoyo de una manera sensitiva, con solicitud, sin menospreciar. ...