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El consejero bíblico


Diez características distintivas de la Biblia / Continuación

... empieza en Génesis y llega a su clímax en Apocalipsis, la profecía de Isaías se encuentra aproximadamente hacia la mitad. Después del fracaso de Adán y sus consecuencias catastróficas, que culminaron en el diluvio y luego en la torre de Babel, Dios empezó de nuevo con Abraham. Abraham había de ser santo (Génesis 17:1) y sus descendientes físicos habían de ser «gente santa» (Éxodo 19:6).

La historia de Israel demuestra que no vivieron en conformidad con esta descripción. De aquí la queja de Isaías al principio de su profecía: «Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás» (Isaías 1:4).

Si Dios era «el Santo de Israel» (Isaías 30:11, 12, 15, etc.), su pueblo tenía que ser santo también (Lv. 19:1-2). Pero como produjeron únicamente fruto malo (Isaías 5:1-7) en vez del fruto de santidad, Dios los rechazó finalmente a favor de los que iban a producir buen fruto (Mateo 21:33-43).

Las cartas del Nuevo Testamento indican cómo se cumplió esto en la iglesia. El pueblo de Dios bajo el nuevo pacto es lo que Israel nunca fue: una «nación santa» (1 Pedro 2:9). Los que pertenecen a ella morarán eternamente en «la santa ciudad, la nueva Jerusalén», donde no habrá «ninguna cosa inmunda» (Apocalipsis 21:2, 27).

La perspectiva escatológica está estrechamente relacionada con la teológica, que se resume en la promesa divina «Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.» Al considerar esta promesa a la luz de la profecía de Isaías en su conjunto, vemos que tiene dos dimensiones.

Para Isaías, «mi pueblo» significaba a veces sus contemporáneos en la nación de Judá, que estaban bajo el juicio divino (Isaías 13, 3:12-15, 58:1). En otras ocasiones abarcaba todas las naciones con miras al futuro (Isaías 19:23-25, 40:1-5, 52:4-10, 53:8).

La promesa de Isaías 30:21 tiene su lugar dentro de este marco teológico. Fue dirigida a la nación rebelde y evocó una reacción positiva (Isaías 30:22). Pero no tuvo efecto duradero. Isaías fue esencialmente un profeta del futuro. Comprendía que «mi pueblo» consistiría a la larga en hombres y mujeres de todas las naciones, los descendientes espirituales del remanente piadoso.

¿De qué manera apunta Isaías 30 a Cristo? Si la Biblia es Cristocéntrica, ¿cómo lo expresa este pasaje? En términos generales, prepara el terreno para el Hijo perfecto de Dios (Mateo 3:17). Su vida intachable contrasta con la rebeldía que sale a luz en este capítulo, la rebeldía del ...

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